Le guste o no a España, finalmente Kosovo jugará en Sevilla bajo sus símbolos nacionales. Después de días de polémica con el país balcánico, ha habido respuesta de la Federación de Fútbol de Kosovo (FFK).
Un sorteo problemático
La selección española de fútbol quedó emparejada en el grupo clasificatorio para el Mundial de Qatar 2022 con Suecia, Grecia, Georgia, pero también con Kosovo. Un problema desde el principio porque desde el momento que s conoció que Kosovo sería rival, la burocracia española se puso las manos en la cabeza.
España, al igual que Serbia, Eslovaquia, Grecia, Rumania y Chipren no reconocen a Kosovo como país. Sería un mal precedente para el Estado español reconocerlo como tal ya que entraría en conflicto con el caso catalán. El Gobierno considera a Kosovo como parte de Serbia, de la cual se independizó en 2008.
Kosovo, reconocida por la UEFA y la FIFA
Una de las dudas era si Kosovo, que juega el próximo 31 de marzo en Sevilla contra el combinado de Luis Enrique Martínez, podría lucir su bandera y escuchar su himno en el Estadio de La Cartuja. Y la FFK confirma en un comunicado que Agim Ademi, presidente de la federación kosovar, ya ha hablado con la Real Federación Española de Fútbol (RFEF) y podrán lucir sus símbolos nacionales.
"La RFEF lamenta las noticias aparecidas en los medios locales y confirma que el partido España-Kosovo tendrá lugar de acuerdo a las regulaciones y el protocolo de la FIFA y la UEFA para los partidos oficiales", explica la FKK.
Así pues, las autoridades del fútbol español han aceptado las normativas presentes y jugarán el partido contra Kosovo como selección con plenos derechos aunque les moleste. Precisamente, España menospreció a Kosovo el pasado martes cuando la cuenta de Twitter de la selección española de fútbol les denominó "territorio de Kosovo". Esta definición molestó mucho a Kosovo e, incluso, amenazó con no disputar el partido.
Al final, sin embargo, el fútbol se podrá ver sin problemas en La Cartuja de Sevilla. Y el himno y la bandera de España irán acompañados de los símbolos de Kosovo, que han plantado cara y han impuesto la ley.