Catalunya se reivindica en el Nou Congost de Manresa para celebrar el centenario de la Federación Catalana de Baloncesto. La selección catalana liderada por Pierre Oriola ha plantado cara contra Argentina en una gran fiesta de baloncesto (88-94). La victoria ha sido de los argentinos de Facundo Campazzo y guiados por el acierto de Lucio Redivo, pero los catalanes han competido de tú a tú contra una selección que está en plena preparación del preolímpico.
La fiesta catalana del Nou Congost
El combinado catalán, que no disputaba un partido desde hace 18 años, empezó el partido con un gran acierto, con Pierre Oriola haciendo mucho daño en la pintura argentina. Pero Lucio Redivo también empezó a marcar su propio ritmo desde la larga distancia. Gran igualdad hasta el tramo final del primer cuarto, con cierta distancia de los argentinos en el marcador (15-21).
Argentina, sin embargo, siguió marcando distancias antes del descanso después de un parcial de 3-14, llegando a superar los 20 puntos de ventaja. Y es que el 31-49 con el cual se llegó al descanso es una clara muestra de la fuerza anotadora de los argentinos, que iban a ritmo de acercarse a los 100 puntos.
La selección catalana se recupera y muestra carácter
Pero la selección catalana no se encogió y en la reanudación fue Ferran Bassas quien recortó distancias. Buenos puntos desde la larga distancia para mantener la ilusión de los aficionados catalanes. Y el Nou Congost se encendió y dio alas a la esperanza. Catalunya tuvo sus mejores momentos al inicio del tercer cuarto, pero antes del final el argentino Redivo volvió a aparecer y volvió a marcar las diferencias en el marcador (56-71).
Y en el último cuarto se recuperó el espectáculo. Muchas canastas, pero intercambio que no dio ventaja a los catalanes. Argentina mantuvo su ritmo anotador y no dio más concesiones a los catalanes. Sin embargo, con el 88-94 final, quedó claro que la selección catalana, sin estrellas como Ricky Rubio, Àlex Abrines, Marc Gasol o Sergi Martínez, demostró su mejor versión.
Y Catalunya ya demuestra que es una selección a tener en cuenta. No puede competir de manera oficial y ahora lo ha hecho en un amistoso sin sus grandes estrellas, pero ha hecho un golpe sobre la mesa. Y se ha vivido un partido histórico que ojalá se repita cada año y no se tenga que tardar nuevamente 18 años para ver competir a Catalunya.