Xavi Hernández mandó un mensaje claro y conciso a Ferran Torres, Ansu Fati y Abde con el once que dispuso contra el Cádiz. Con Raphinha sancionado tras su expulsión contra el Getafe, todo apuntaba a que uno de los tres sería el acompañante de Robert Lewandowski en el ataque. Sin embargo, para sorpresa de la mayoría, el elegido fue Lamine Yamal. El joven canterano ha adelantado por la derecha a la competencia.
Yamal se lo ha ganado. Cuentan desde el club que en los entrenamientos es un escándalo. Se come el césped y muestra mejor actitud que el resto de atacantes. Si a eso sumamos su calidad indiscutible, su desparpajo, su carácter, su buena toma de decisiones y sus aportaciones en ataque, no deja lugar a discusión. En el staff técnico lo tienen claro.
Lamine Yamal adelanta a todos
Es cierto que a sus 16 años conviene protegerlo. Tendrá mucho tiempo por delante para ganar galones. Sin embargo, ha tirado abajo la puerta del primer equipo. Se ha convertido en el mejor fichaje del equipo para esta temporada.
Este panorama, sin embargo, está generando un problema en el vestuario. Porque la progresión de Lamine deja en muy mal lugar a Ansu Fati. Esta debía ser su temporada. Sobre todo tras la salida de Ousmane Dembélé. Pero su protagonismo se ha reducido a la mínima expresión.
Contra el Getafe solo tuvo 11 minutos saliendo desde el banquillo. Mientras que ante el Cádiz entró en el minuto 68, siendo incapaz de ser decisivo en sus intervenciones. Sus aportaciones se resumieron en un tímido chute entre palos.
Ansu Fati empieza a cansarse
Ansu Fati siempre ha tenido claro que quiere continuar en el Barça. Quiere cumplir su sueño de triunfar en el conjunto catalán. Sin embargo, su poco protagonismo sumado a la presión de su padre, Bori Fati, para llevárselo de la ciudad condal, puede generar un mal final. Que Ansu Fati se harte y se marche será una mala noticia para muchos en el club. Sobre todo teniendo en cuenta que su poco protagonismo no hace más que devaluarlo, lo que dejaría muy poco cash en las arcas culés.