La conversación empieza a ganar fuerza en el vestuario del FC Barcelona y entre la afición: el equipo juega mejor cuando Robert Lewandowski no está en el campo. A pesar de los impresionantes números del delantero polaco, la realidad es que el conjunto de Hansi Flick parece sentirse más cómodo y dinámico cuando apuesta por un ataque más móvil. Los ejemplos más recientes han encendido el debate, especialmente tras las victorias ante el Real Betis en Copa del Rey y el Valencia en LaLiga, dos encuentros en los que el Barça mostró su mejor versión ofensiva sin su delantero estrella.

Flick sorprendió dejando en el banquillo a Lewandowski, una decisión que muchos consideraron arriesgada, pero que resultó ser todo un acierto. La movilidad de Ferran Torres, sumada a la explosividad de Lamine Yamal y Raphinha en los extremos, ofreció un ataque mucho más fluido, con combinaciones rápidas y una presión alta que asfixió al rival. Algo que ya pasó ante el Betis con Dani Olmo como falso ‘9’.

Tanto Lamine Yamal como Raphinha, los grandes beneficiados de esta nueva disposición táctica, han dejado claro en el campo que disfrutan más cuando juegan con un '9' más móvil. La capacidad de Ferran Torres para caer a las bandas, asociarse y presionar, genera más espacios y permite que los extremos tengan mayor protagonismo. En contraste, con Lewandowski, el equipo tiende a ser más predecible, con un juego más enfocado en servir balones al área para que el polaco resuelva dentro del área.

Robert Lewandowski, substituit durant el passat Dortmund - Barça / Foto: EFE

Sin embargo, el dilema es evidente. Aunque el Barça parece jugar mejor sin él, los números de Lewandowski son incuestionables. Siempre que está sobre el césped, tiene una capacidad innata para encontrar el gol y marcar diferencias. Esta temporada, a pesar de algunos altibajos, sigue siendo el máximo goleador del equipo y su experiencia es un valor que Flick no quiere perder.

Desde la dirección deportiva, Deco es consciente de la situación y ya está analizando el futuro del delantero de 36 años. La realidad es que su presencia condiciona el estilo de juego del equipo, y con la mirada puesta en el futuro, la posibilidad de un relevo parece más cercana que nunca.

El próximo tramo de la temporada será clave para determinar si Lewandowski sigue siendo intocable o si Flick continuará apostando por un Barça más dinámico y versátil sin él. De momento, la sensación es clara: el equipo disfruta más cuando el ataque es más impredecible y fluido.