El FC Barcelona conquistó este sábado la Copa del Rey en un partido épico ante el Real Madrid, que necesitó de una prórroga para resolverse. El gol decisivo de Jules Koundé puso el definitivo 3-2 en el marcador, desatando la locura en el bando azulgrana. Pero más allá del héroe inesperado que firmó el tanto final, el gran nombre propio de la noche fue el de Lamine Yamal.
Una actuación estelar en la gran final
Con apenas 17 años, Lamine Yamal brilló como una auténtica superestrella en el escenario más grande. El joven extremo fue determinante desde el primer minuto, dejando su huella con dos asistencias magistrales: primero a Pedri para abrir el marcador y luego a Ferran Torres para anotar el segundo.
Su actuación, además, estuvo acompañada de un look rompedor: pelo teñido de rubio, una muestra más de la confianza con la que afrontó una final histórica. Lamine no solo jugó con desparpajo, sino que se echó el equipo a la espalda en los momentos clave, demostrando que el futuro -y también el presente- del Barça pasa por sus botas.

Lamine eclipsa a Vinicius
El duelo individual más esperado era el de Lamine Yamal contra Vinicius Jr., pero la diferencia fue abismal. Mientras el joven culé maravillaba al mundo con su talento y su determinación, el brasileño del Madrid pasó prácticamente desapercibido.
Vinicius, llamado a ser la gran amenaza madridista, estuvo muy lejos de su mejor versión. Apenas generó peligro real y volvió a evidenciar una temporada muy irregular. En contraste, Lamine aprovechó la oportunidad para enviar un mensaje claro: el nuevo rey ha llegado, y su nombre es Lamine Yamal.
En el vestuario azulgrana no pasó desapercibida esta comparación directa. La sensación general es que el Barça ha encontrado en Lamine a su próximo ídolo global, capaz de liderar al equipo en las noches grandes, como ya hiciera en esta inolvidable final.
El relevo generacional es una realidad
La final de Copa dejó claro que el Barça está construyendo un nuevo proyecto sobre bases jóvenes y de enorme talento. Jugadores como Pau Cubarsí, Pedri, Ferran Torres y especialmente Lamine Yamal marcaron la diferencia ante un Real Madrid que empieza a evidenciar síntomas de desgaste en sus piezas más importantes.

El triunfo no solo supone levantar un nuevo título, sino también una inyección de moral de cara al futuro inmediato. Con la semifinal de la Champions League en el horizonte, el Barça llega lanzado y con la sensación de que su generación emergente está lista para pelear por todo.
Lamine ya manda en el fútbol mundial
La noche mágica de Sevilla dejó una imagen que dará la vuelta al mundo: Lamine Yamal levantando la Copa del Rey con una sonrisa radiante y el pelo dorado brillando bajo los focos. En su duelo particular con Vinicius, el joven prodigio del Barça ha dado un golpe sobre la mesa: él es el nuevo referente.
Con actuaciones como la de esta final, Lamine no solo se consolida como la gran esperanza del Barça, sino también como una futura estrella mundial destinada a marcar una época. Vinicius ha sido sentenciado. Lamine ya es el nuevo rey.