Lamine Yamal es, sin duda, una de las grandes esperanzas del FC Barcelona y del fútbol mundial. Con solo 17 años, el extremo ha conseguido hacerse un hueco en el primer equipo, ha brillado en partidos importantes y ha dejado destellos de una calidad que lo sitúan como uno de los talentos más prometedores del planeta. Sin embargo, su juventud y el rápido ascenso que ha tenido también han despertado algunas señales de alarma dentro del vestuario azulgrana.
El último aviso ha llegado tras el partido de cuartos de final de la Champions League ante el Borussia Dortmund. A pesar de la clasificación del Barça para semifinales, el encuentro de vuelta en Alemania dejó sensaciones agridulces. Y una de las que más ruido ha generado fue el rendimiento de Lamine. Según datos internos del cuerpo técnico, fue el jugador que menos corrió durante el partido, algo que no pasó desapercibido ni para el staff ni para sus propios compañeros.
Avisos de los veteranos
Fuentes cercanas al vestuario aseguran que algunos de los pesos pesados del equipo ya han hablado con Lamine Yamal en privado. Futbolistas que han vivido la presión del fútbol de élite durante años, han querido transmitirle un mensaje claro: su talento es incuestionable, pero sin trabajo constante y sacrificio no se llega a ser uno de los mejores.

No es la primera vez que se detecta cierta relajación en algunos tramos de partidos por parte del joven extremo. Si bien es cierto que ha completado encuentros brillantes esta temporada, también ha habido partidos donde su implicación defensiva y esfuerzo físico han sido discutibles. Y eso, en un equipo que aspira a ganarlo todo, no se puede permitir.
Aterrizaje a la realidad
La intención del vestuario no es señalar a Lamine ni mucho menos ponerle una cruz. Al contrario. Existe una conciencia colectiva en el grupo de que el joven jugador puede marcar una época en el club, y por eso mismo quieren protegerlo y ayudarle a madurar. Los consejos que ha recibido van en esa dirección: aterrizar, ser humilde, y entender que en el fútbol profesional, el talento debe ir siempre acompañado de entrega, compromiso y regularidad.

Flick, por su parte, también está atento a su evolución. Aunque confía plenamente en sus cualidades, el técnico alemán ha querido dejar claro que el esfuerzo no se negocia, y no dudó en sustituirlo en la segunda parte del duelo en Dortmund. Un gesto que no fue solo táctico, sino también pedagógico: nadie, por joven o talentoso que sea, tiene el puesto asegurado si no rinde al máximo.
Un diamante por pulir
En el Barça son plenamente conscientes de que tienen entre manos a un diamante en bruto, pero también saben que un entorno exigente y riguroso es clave para su desarrollo. Lamine tiene la suerte de estar rodeado de jugadores con experiencia que han vivido las luces y sombras del fútbol de élite. Su entorno más cercano dentro del vestuario ya ha activado un proceso de acompañamiento para evitar que la fama temprana le juegue una mala pasada.
El mensaje es claro: tiene todo para ser uno de los grandes, pero el camino hacia la cima no solo se recorre con calidad. Se recorre, sobre todo, con constancia, disciplina y humildad. En el Barça quieren que Lamine Yamal sea eterno, y eso empieza por aprender a correr... también sin balón.