Hans-Dieter Flick está desesperado por poder perder de vista cuanto antes a Clément Lenglet. La operación salida del Barça está siendo mucho más lenta de lo esperado, y una de las prioridades es encontrar un comprador para las piezas que no tienen espacio en los planes del técnico alemán, y que han regresado de sus cesiones a otros conjuntos. Sergiño Dest es la única que se ha confirmado por ahora, y la de Anssumane Fati será muy complicada.
Pero la situación es distinta con el internacional francés, por el cual sí existe un interés importante en el extranjero, sobre todo, en Italia. En la Serie A tiene múltiples admiradores que estarían encantados de poder acoger en sus filas a un defensor con su dilatada experiencia en la élite, y entre sus principales pretendientes se había colocado a entidades de la magnitud de la AS Roma, el SSC Napoli, la SS Lazio, el Torino, el Monza, el Udinese Calcio…
Sin embargo, es el Bologna el equipo que más fuerte parece apostar por el ex del Sevilla, del Tottenham Hotspur o del AS Nancy-Lorraine, quien durante la última campaña ha defendido la elástica del Aston Villa, y ha tenido un papel importante en las rotaciones de Unai Emery, realizando actuaciones meritorias. Pero eso no ha servido para que los de Birmingham tengan intención de retenerlo en sus filas, obligándole a regresar al Camp Nou.
Los italianos, que dan por perdido a Riccardo Calafiori, quien presumiblemente reforzará al Arsenal después de ser vinculado al Real Madrid o al Liverpool, buscan a un sucesor de garantías, y creen que Lenglet es un fichaje espléndido. Flick ha autorizado a Laporta y a Deco a darle salida, y no pedirán una compensación especialmente elevada. Con unos 10 millones de euros, en el Barça se darán más que por satisfechos.
Y el futbolista de 29 años, por su parte, vería con muy buenos ojos acabar en el Estadio Renato Dall’Ara, donde le prometen jugar con asiduidad, y podría disputar de nuevo la Champions League.
El salario de Lenglet, el principal obstáculo
Pero hay un obstáculo muy importante que dificulta la llegada de Lenglet al Bologna, y es su elevada ficha, de unos 16 ‘kilos’ brutos al año. No quiere renunciar a ese dinero, y es una cantidad que no pueden pagarle, lo que dificulta su salida.
El Barça se ha llegado a plantear la rescisión de su contrato, pero el galo no está dispuesto a perdonar ni un solo euro, y solicitará una indemnización astronómica.