El Girona se abona a la vieja normalidad. Este sábado, el conjunto rojiblanco ha disputado su primer partido después del parón y, tal como pasaba antes del estallido de la epidemia, ha sido incapaz de vencer y convencer. Los de Pep Lluís Martí, teóricos aspirantes al ascenso, han empatado a cero en el estadio de Las Palmas (0-0), hecho que los consolida en la quinta posición, en la zona de play-off, pero los podría alejar del ascenso directo.
Los problemas de siempre
Lentitud, parsimonia, apatía. Estas son algunas de las características que antes del parón servían para definir el juego del Girona, que a menudo ganaba por pura calidad técnica o por el acierto del mejor jugador de la categoría, Cristhian Stuani. Tres meses después, no se puede decir que las cosas hayan cambiado.
En la primera parte, los de Pep Lluís Martí sólo han chutado dos veces a portería. La primera, en el minuto 4, cuando Gerard Gumbau ha enviado a manos de Josep Martínez un servicio de falta directa. La segunda, en el 37, después de que Pape Diamanka haya culminado con un obús desde la banda derecha del área una una gran jugada en la zona de tres cuartos. Pero poca cosa más.
La suerte para el conjunto gerundense, sin embargo, es que las prestaciones de Las Palmas han sido todavía más pobres. Sólo Pedri, la joven promesa que jugará en el Barça, ha sido capaz de inquietar la línea defensiva de los rojiblancos. Su calidad, en cualquier caso, no ha servido para intimidar a Asier Riesgo.
Ningún milagro desde el banquillo
Hay quien dirá que la apatía gerundense se debe a los tres meses de inactividad, pero lo cierto es que los de Martí han mostrado la misma cara que antes del parón. También en la segunda parte. Aunque el técnico mallorquín ha cambiado los inoperantes Jairo y Àlex Gallar por Aday Benítez y Valery Fernández -que debutaba este curso después de superar su lesión en la rodilla- su equipo ha sido incapaz de crear peligro con regularidad. Las dos ocasiones claras, de hecho, han llegado prácticamente de casualidad. Primero porque Josep casi se traga una centro de Gumbau, después porque Juanpe ha estado a punto de enviar al fondo de la portería una pelota que no se esperaba en un servicio de córner.
Dicen que los cinco cambios establecidos a la normativa post-coronavirus favorecen a los equipos con mejores plantillas, pero lo cierto es que el Girona ha sido incapaz de sacar provecho del hecho de ser el conjunto mejor dotado de la categoría. Jonathan Soriano y el debutante Ibrahima Kébé han entrado en acción, pero ha servido de bien poco. El marcador no se ha movido y los de Montilivi, como antes del parón, han vuelto a decepcionar. Ya no es noticia.