El PSG está lejos de ser un equipo tranquilo y un entorno plácido para trabajar. Nasser Al-Khelaïfi ha conformado una constelación de estrellas para poder conseguir la primera Champions League de la historia del club parisino, por lo que la exigencia es máxima.
Pochettino está muy discutido
Para ello llegaron este verano futbolistas de la talla de Georginio Wijnaldum, Gianluigi Donnarumma, Nuno Mendes, Sergio Ramos, Achraf Hakimi y, por supuesto, Leo Messi. El argentino llegó a Francia con el objetivo en mente de llevar a su nuevo equipo a la gloria europea, y todo parecía perfecto, pues de entrenador tendría a un compatriota suyo, Mauricio Pochettino.
Pero nada más lejos de la realidad. Messi sigue sin ser tan decisivo como lo ha sido en toda su carrera, y aunque en la fase de grupos de la Liga de Campeones sus cifras goleadoras son muy buenas, con cinco goles en cinco partidos, en liga solo ha marcado uno y ha recibido críticas muy duras de la prensa francesa.
Lo cierto es que el PSG sigue sin parecer un equipo, y se sostiene gracias a sus grandes individualidades y eso, en gran parte, es responsabilidad de su entrenador, que está muy cuestionado. Hace ya varias semanas que se dijo que Leonardo, el director deportivo, y Al-Khelaïfi, querían convencer a Zinedine Zidane para asumir el cargo de cara al próximo curso.
Messi no se opone a su salida
Aunque sigue sin haber dado una respuesta clara, lo que parece inevitable es que esta será la última temporada de Pochettino en el banquillo local del Parque de los Príncipes. Aunque no se lo hayan comunicado personalmente, el argentino no es ajeno a los rumores sobre él y está empezando a asumirlo.
Los jugadores no parecen muy disgustados con el más que posible cambio, y Messi tampoco se ha opuesto al relevo de su compatriota, que se volcó con él en su llegada a París para hacerle lo más fácil posible su proceso de adaptación. Pero el número 30 del PSG prioriza lo deportivo y bajo las órdenes de Pochettino está muy lejos de su mejor versión y si, para volver a ser decisivo hay que sacrificarlo y que llegue Zidane, lo considera secundario.
Pochettino tiene hasta final de temporada para intentar sacar el máximo partido de su equipo, pero la prueba de fuego será la eliminatoria de octavos de final de la Champions League contra el Real Madrid. Si los franceses caen, su temporada tendrá pocos alicientes. Con la liga casi ganada, los últimos meses se convertirían casi en una travesía por el desierto y, para Pochettino, en los últimos meses como entrenador del PSG.