Sábado día 2 de noviembre, Día de los Difuntos, y también tarde terrorífica para el Barça. A pesar de un gol de penalti de Leo Messi, el Levante ha pasado por encima de los blaugrana en una segunda parte para olvidar. En sólo diez minutos los valencianos han remontado un partido que ningún culé querrá recordar (3-1).
Durmiendo, como siempre
Y es que a pesar de estar el liderato en juego, con el Barça jugando para no perder la posición de privilegio, el partido, pesado y muy espeso, ha acabado por apoderarse de los ánimos bajos de los blaugrana. El equipo de Ernesto Valverde ha vuelto a salir medio dormido, sin intensidad, y viéndolas pasar. Y esta sensación de desilusión ha acabado sentenciándoles.
Dejando en el banquillo a Sergio Busquets y a Jordi Alba, el Barça ha vuelto a enfocar sus plegarias en Leo Messi. En el último partido fue clave para superar al Valladolid, y contra el Levante también ha dicho la suya, pero nadie lo ha acompañado.
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Pasada la primera media hora de juego, Miramón ha cometido una falta clara sobre Semedo dentro del área, que ha vuelto a jugar a banda cambiada. Penalti claro y primera alegría de un partido sin alicientes. Messi, desde los once metros, ha engañado al portero rival y ha marcado la primera diferencia con una pena máxima bien ejecutada.
Un espejismo en una tarde que sería fantasmagórica para el Barça. Porque antes de la media parte Luis Suárez ha tenido que dejar su sitio a Carles Pérez por unas molestias en el tobillo. Y después ha llegado el desastre.
Diez minutos de sustos
El Barça, ganando en el marcador, sobre el césped parecía un muerto viviente. Y esta sensación de descontrol y pocas ganas se ha traducido en el avivamiento del rival.
En diez minutos el Levante ha dado tres golpes de castaña al Barça. En el 61, gol de Campaña. En el 63, de Mayoral. Y en el 69, de Radoja. El Barça, triste, lento y sin ideas, no ha podido ni reaccionar en los veinte minutos finales.
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Sólo Messi ha vuelto a aparecer para marcar un gol en el minuto 75 que posteriormente el VAR ha anulado por fuera de juego Griezmann. Y sólo se ha visto la impotencia de los futbolistas, que se han cargado de tarjetas amarillas, y de un Valverde que desde la banda hacía cara de boniato.
Derrota del Barça en casa del Levante, que ha hecho méritos para llevarse los tres puntos, y momento de replantearse cosas en Barcelona. Ya hace semanas que la irregularidad de los blaugrana no deja a nadie contento. Y con los tres goles se confirman sensaciones que se arrastran desde el año pasado porque la última vez que el Barça encajó tres goles o más fue en aquella noche de infausto recuerdo contra el Liverpool.