El reciente cruce de declaraciones entre Ilkay Gündogan y Ronald Araujo sigue avivando un conflicto que deja claro lo doloroso que ha sido la eliminación de la Champions a manos del PSG. Una derrota que deja la temporada prácticamente acabada para los culés, que no les queda otra que pensar en el futuro, en el que no parece que vaya a estar Xavi Hernández.
Pero sí que estará una gran parte de la plantilla actual, si el clima de tensión que se vive en el vestuario no obliga a muchos de ellos a salir. El enfrentamiento entre el uruguayo y el alemán no es más otra muestra de la división que se vive en un vestuario que en los buenos momentos se ha mantenido unido, pero que en el momento de la derrota se ha vuelto a separar en los clanes que ya están formados. Lo que obliga a cada uno de los jugadores a posicionarse con uno de los dos bandos que han surgido, el que prefiere ser más crítico o más protector.
Una división entre jóvenes y veteranos
El primer motivo para generar una fractura en el vestuario es la diferencia de edad entre los jugadores, que cada vez se ha acrecentado más por la llegada de jugadores de La Masia ante los problemas económicos que vive el club y que le ha impedido fichar. Esto ha provocado que Lamine Yamal, Pau Cubarsí, Héctor Fort o Marc Guiu, entre otros, hayan creado su propio grupo. Todos jugadores catalanes y de una edad similar, que se pueden apoyar los unos a los otros en unos momentos que son nuevos para ellos.
Aunque esto no significa que no tengan el apoyo y consejo de los veteranos, que están centrados en un núcleo duro de españoles. Sergi Roberto, Pedri, Gavi, Ferran, Marcos Alonso y el recién incorporado Íñigo Martínez forman el grupo más fuerte del vestuario, debido a los años que han compartido tanto en el club como la selección.
Un tercer sector más dividido
Más allá de estas dos partes diferenciadas por su edad, los demás jugadores buscan unirse a otros por motivos muy diversos. Lewandowski y Gündogan, quienes mantienen la buena relación que crearon en Dortmund, también se juntan con Christensen. Ter Stegen y Frenkie de Jong también se llevan bien después de tantos años juntos, lo que les permite también mantener contacto con otros veteranos como Sergi Roberto. Los dos cedidos, los portugueses Joao Félix y Cancelo, también comparten afinidad con Raphinha y Vitor Roque gracias a la lengua.
En el grupo de portugueses también tiene cabida Araujo, ya que también sabe hablar portugués. Pero el uruguayo hace tiempo que no se siente completamente cómodo. A pesar de ser uno de los capitanes, los rumores que le relacionan con el Bayern de Múnich han desgastado la relación con sus compañeros. Una relación que ha sufrido otro golpe con la expulsión ante el PSG y sus posteriores declaraciones. Una acción que condenó el futuro del Barça en esta edición de la Champions, y que puede condenar también el futuro de Araujo en el Camp Nou.