Robert Lewandowski está algo molesto, y en el FC Barcelona lo saben. El delantero polaco, una leyenda viviente del fútbol europeo y uno de los goleadores más prolíficos de la última década, se ha visto sorprendido y molesto tras las recientes declaraciones de algunos de sus compañeros, quienes han sugerido el fichaje de Erling Haaland para el club. Lewandowski considera que estos comentarios, realizados por jugadores como Pedri y Marc Casadó, son una falta de respeto hacia él, sobre todo teniendo en cuenta que, a pesar de su edad, ha comenzado la temporada con su habitual capacidad goleadora intacta.
El malestar de Lewandowski no se reduce solo a las palabras de sus compañeros. Desde la pretemporada, el delantero ha tenido la mosca detrás de la oreja debido a otras situaciones en el vestuario que no le han sentado bien. Uno de los momentos que más le ha incomodado fue la elección de los capitanes para esta temporada. Para sorpresa de muchos, el polaco no fue seleccionado como uno de los líderes del equipo, algo que esperaba después de ser una figura clave desde su llegada al club. En su lugar, el vestuario optó por jugadores como Raphinha, una decisión que Lewandowski interpretó como una señal de que su influencia en el equipo podría estar disminuyendo.
Hansi Flick, el técnico del Barça, es plenamente consciente de la situación. Sabe que tener a un Lewandowski descontento puede ser peligroso, tanto para el ambiente del vestuario como para el rendimiento del equipo. El entrenador alemán ha intentado manejar la situación con delicadeza, entendiendo que Lewandowski es un jugador experimentado que sigue siendo vital para el proyecto deportivo del club. A pesar de las especulaciones sobre el futuro del polaco, Flick confía en que todavía tiene mucho por ofrecer y no quiere perder su confianza ni su liderazgo dentro del equipo.
La posibilidad de que Erling Haaland fiche por el Barça sigue siendo un sueño lejano debido a las complicaciones económicas del club, pero el hecho de que varios jugadores hayan expresado abiertamente su deseo de contar con el delantero noruego no ha ayudado a calmar los ánimos de Lewandowski. El polaco se siente ninguneado y ha transmitido su malestar a Flick, quien ahora tiene la difícil tarea de mantener el equilibrio en un vestuario que podría fracturarse si no se gestiona bien la situación.
En este contexto, Joan Laporta y Deco también están atentos a lo que sucede. La directiva del club sabe que una posible crisis con Lewandowski podría afectar tanto al rendimiento del equipo como a la planificación de futuros fichajes. Aunque el Barça busca alternativas de futuro para el ataque, la realidad es que el presente sigue siendo Robert Lewandowski. Mantenerlo motivado y comprometido será clave para los objetivos del equipo esta temporada, y Flick lo sabe mejor que nadie.