El FC Barcelona consiguió una importante victoria por 1-2 ante el Rayo Vallecano. El conjunto azulgrana dejó otra vez buenas sensaciones, sobre todo en la segunda parte. La entrada de Dani Olmo y la salida de Ferran Torres fueron clave. Un cambio de cromos que no pasó desapercibido para nadie, tampoco para Robert Lewandowski, que tiene claro que su acompañante en ataque no debe ser el valenciano y que se siente mucho más cómodo con Olmo o Raphinha en la zona ofensiva.
Durante el encuentro en Vallecas, quedó patente que el Barça es un equipo muy distinto con y sin Ferran en el campo. El valenciano fue titular por tercer partido consecutivo, en una decisión que muchos vieron como un último intento de Flick por darle confianza. Sin embargo, el experimento no funcionó. Torres tuvo una primera mitad desastrosa, desacertado en los pases y sin aportar en defensa ni en ataque. Lewandowski, aislado y sin socios claros, lo notó más que nadie. El polaco, que vive del buen entendimiento con sus compañeros, se sintió frustrado en varias acciones donde Ferran no entendió sus movimientos o se mostró incapaz de conectar con él.
El cambio llegó al descanso, y Flick no dudó en sentar a Ferran para dar entrada a Dani Olmo, un futbolista con una lectura de juego mucho más afinada. La diferencia fue inmediata. Con Olmo sobre el césped, el Barça encontró la fluidez y la profundidad que tanto necesitaba, y Lewandowski volvió a sentirse cómodo en su rol de finalizador. El ex del Leipzig entendió a la perfección los desmarques del delantero, asociándose en corto y buscando siempre la mejor opción para generar peligro. El resultado fue un Barça mucho más incisivo, con Lewandowski como protagonista absoluto del ataque.
El polaco, que vio cómo le anulaban un gol, estuvo mucho más activo en el área rival y tuvo varias ocasiones claras. En este sistema de Flick, Lewandowski está empezando a generar más oportunidades de gol que la temporada pasada, algo que le ilusiona. Pero para que esto siga funcionando, necesita compañeros que estén a su nivel, algo que considera imposible con Ferran Torres. Lewandowski valora especialmente el entendimiento que tiene con jugadores como Lamine Yamal, Dani Olmo o Raphinha, quienes aportan calidad y visión, algo que Ferran no ha conseguido en ningún momento desde que llegó al Barça.
Lewandowski lo tiene claro: Ferran no puede ser su compañero de ataque. Para un delantero de su talla, acostumbrado a jugar con los mejores, no hay margen para las dudas. Si el Barça quiere sacar lo mejor de su goleador, necesita rodearlo de futbolistas que hablen su mismo lenguaje en el campo, y eso pasa por dejar a Torres en el banquillo.
El mensaje de Lewandowski es contundente y Flick deberá tomar nota. A estas alturas de la temporada, el Barça no puede permitirse debilitar su ataque con experimentos que no funcionan. Los números no mienten y el equipo mejora notablemente con Dani Olmo, Lamine Yamal y Raphinha, jugadores que entienden lo que necesita Lewandowski y que son capaces de potenciar su juego. Con Ferran, en cambio, el ataque se vuelve previsible y carente de chispa.