Martes de emociones fuertes en los Juegos Olímpicos de Tokio 2020, una jornada que ya forma parte de la leyenda del acontecimiento deportivo más importante del mundo.
El día ha empezado en Japón con la despedida de los hermanos Gasol tras una trayectoria de película. Ha proseguido con Simone Biles marchándose de los Juegos Olímpicos como merecía, con una sonrisa en los labios y una medalla en el cuello. Y ha terminado con los dioses del Olimpo animando en el estadio a Armand, Mondo, Duplantis, una de las nuevas leyendas del deporte mundial, el sueco de adopción que sueña con volar con una pértiga.
Con solo 21 años, Duplantis se ha llevado el oro en salto con pértiga con una facilidad pasmosa y, a pesar de no tener el premio económico que garantizan otras pruebas del calendario, ha intentado en 3 ocasiones superar el récord del mundo, que ostenta él mismo, mientras todos sus rivales le apoyaban y animaban en una de las grandes imágenes de Tokio 2020.
Y es que Mondo Duplantis tiene una facilidad espectacular para caer bien. Solo así se explica que, habiendo nacido y crecido en Estados Unidos, sea el deportista más popular de Suecia, por delante de Zlatan Ibrahimovic y de la tres veces campeona olímpica de esquí de fondo Charlotte Kalla. Duplantis, de hecho, logró una gran popularidad durante el confinamiento, cuando organizó un campeonato mundial, y casero, de salto con pértiga, en el que la gente podía enviar vídeos saltando en el jardín de su casa.
Duplantis nació el 10 de noviembre de 1999 en Lafayette, Lousiana (EEUU) en el seno de una familia marcada por el deporte. Su padre, el norteamericano Greg Duplantis, fue saltador con pértiga, mientras que su madre, la sueca Helena Hedlund, fue heptatleta y jugadora de voleibol. Uno de sus hermanos mayores, Andreas, también compite con pértiga, mientras que el otro, Antoine, se dedica al béisbol. Johanna, la menor de los 4 hermanos, también es saltadora con pértiga.
En un entorno como este, pues, Mondo Duplantis también le cogió afición al hecho de intentar superar una barra con una pértiga flexible, aunque en su caso no se tardó en apreciar que tenía un don especial. En 2015, en su primer año en el instituto, Duplantis ya estableció varios récords nacionales, lo que provocó una llamada inesperada, la de la Asociación Sueca de Atletismo, para que adoptara la bandera de su madre de cara al Campeonato Mundial Juvenil de ese mismo verano. "El entrenador nos llamaba todos los días y nos decía: 'Deberías competir por Suecia. Estamos muy organizados, lo daremos todo por ti'", recuerda Duplantis en una entrevista al New York Times.
Tras un tiempo de reflexión, Duplantis se decantó por aceptar la oferta por dos motivos: darle valor a sus orígenes maternos y aprovechar la mayor facilidad para clasificarse para los Mundiales y los Juegos Olímpicos, pues con Estados Unidos debía quedar entre los 3 primeros en unas pruebas previas, los trials.
El niño prodigio no tarda en despegar
Ya como integrante de la delegación sueca, Mondo Duplantis se plantó en el Mundial Juvenil de Cali y ganó el oro, saltando 5,30m, con lo que estableció el récord del campeonato. Y en los 3 años que siguió siendo juvenil las buenas sensaciones no hicieron más que multiplicarse, pues fue superando su propio récord hasta dejarlo en 5,90m.
En 2018, el saltador sueco ya empezó a competir a nivel absoluto y ganó el Campeonato de Europa de Berlín, con un salto de 6,05m, y un año después logró la medalla de plata en el Mundial de Doha, empatado con 5,97m con el ganador, el norteamericano Sam Kendricks. Aun quedaba la hazaña definitiva, el espectacular 6,18 logrado en Glasgow, un récord del mundo impresionante y que hoy sigue vigente por muy poco.
Duplantis se consagra en Tokio, con solo 21 años
Todo quedaba abierto, pues, para Tokio 2020, donde Duplantis ha logrado entrar en la leyenda de los Juegos Olímpicos. Con solo 5 saltos se ha asegurado la medalla de oro, al lograr con una facilidad increíble saltar 6,02. Mondo, sin embargo, ha intentado lo que la mayoría solo intentan en las competiciones donde los récords del mundo se transforman en dinero, establecer un nuevo récord mundial. Con la barra en 6,19m, Duplantis lo ha intentado en 3 ocasiones, y en 2 de ellas se ha quedado a las puertas, pero no ha podido ser, pues un ligero roce del brazo ha acabado por tirar la barra. Nadie duda que a su marca de 6,18m le queda bien poco para ser superada, por él mismo.
En busca de la leyenda eterna
Y es que Duplantis tiene claro que su objetivo es ser una leyenda que perdure en el tiempo. "Quiero hacer más de lo que hizo Bubka. Más Juegos Olímpicos, más campeonatos mundiales", afirmó antes de Tokio.
Mientras, no ha tardado en ganarse el corazón de Suecia con una actitud encomiable, empezando por conocer su cultura y estudiar el idioma, hasta dominarlo. Desde hace unos años, por ejemplo, veranea en Suecia y se mueve por Estados Unidos con un Volvo y en Suecia con un Polestar, marcas emblemáticas del país escandinavo. "Creo que tengo un buen equilibrio en las dos vidas que vivo ahora. Tengo familiares y amigos en ambos países”, afirma.