El regreso de Leo Messi al Barça se ha complicado por culpa del factor económico. Aunque es más posible que nunca, gracias al divorcio total del jugador argentino y su entorno con el Paris Saint-Germain, Joan Laporta es consciente de la dificultad que implica. Y es que para conseguir este objetivo deberá de hacer espacio en la plantilla, reducir la masa salarial, y obtener una cantidad significativa de dinero con la venta de varios miembros de la plantilla.

Para ello hay una larga lista de candidatos, y hay muchos futbolistas que han sido notificados de que deberán de buscar un comprador, al no entrar en los planes de Xavi Hernández. Entre los señalados se encuentran Franck Kessié, Eric García o Ferran Torres. Todos ellos saben que están obligados a ofrecerse a otros conjuntos, o de lo contrario tendrán que asumir un rol completamente secundario y residual en el Camp Nou.

La intención es recaudar más de 100 millones de euros con la marcha de todos los señalados, comenzando por estos tres. Pero también se encuentran Anssumane Fati y Raphinha, que no han acabado de convencer con el nivel mostrado en los últimos meses. Especialmente, el hispano-guineano, que ha acabado con la paciencia de todos. El brasileño, por otra parte, no ha justificado la inversión que realizaron, y cambiará de aires después de únicamente 12 meses.

Exactamente igual que Pablo Torre, que no descarta irse traspasado definitivamente, aunque a priori buscaban una cesión para que acumulara experiencia. Tampoco tiene su continuidad asegurada Marcos Alonso, en caso de que no puedan inscribir el nuevo contrato que firmó, o Iñaki Peña, que queda libre en el mes de junio. Y por supuesto, hay que acordarse de Frenkie de Jong y de Andreas Christensen, que podrían dejar mucho dinero en las arcas.

No obstante, Xavi espera no tener que prescindir de ellos, que son piezas indispensables, para poder firmar a Messi.

Jordi Alba, un caso especial

Jordi Alba también formaba parte de la lista de señalados que había elaborado Laporta junto a Mateu Alemany, ya que percibe un sueldo cercano a los 20 ‘kilos’ netos anuales, y ha dejado de ser titular, después de la increíble irrupción en la élite que ha tenido el joven Alejandro Balde.

Pero su caso es especial, pues una de las condiciones que Messi ha impuesto para aterrizar en el Barça es seguir compartiendo vestuario con el lateral zurdo, que es uno de sus mejores amigos.