La mala temporada del Liverpool ha provocado que sus dirigentes, en consonancia con la opinión de Jürgen Klopp, estén llevando a cabo una profunda renovación de la plantilla. Y la zona en la que se están produciendo más cambios es el centro del campo, vital en el juego intenso y directo que promulga el entrenador alemán. Henderson ya se ha ido, a Arabia Saudita, y todo apunta a que Fabinho seguirá los mismos pasos.

El Liverpool, pues, busca centrocampistas, y después de cerrar dos de perfil ofensivo, Mac Allister y  Szoboszlai, a Klopp le falta un jugador de carácter defensivo que le dé empaque al centro del campo. Y el elegido es Tchouaméni.

Tchouaméni, en el banquillo del Real Madrid / Foto: Europa Press

Tchouaméni, sin sitio en el Real Madrid

En el Real Madrid ya han decidido que de entre Fede Valverde y Tchouaméni solo puede quedar uno. Ambos jugadores tienen un valor importante en el mercado y la temporada pasada no cumplieron con las expectativas. En el club apuestan fuerte por Camavinga, mientras que Bellingham ha llegado para ser uno de los referentes del equipo. A ello se añaden las renovaciones de Modric y de Kroos y la más que probable continuidad de Dani Ceballos.

El problema, como era de esperar, es que ninguno de los dos señalados quiere cambiar de aires. El Liverpool, sin embargo, lo están intentando, hasta el punto de poner encima de la mesa los 90 millones de euros que pide el Real Madrid por Tchouaméni, una cifra superior a la que el club blanco pagó el verano pasado al Mónaco por el centrocampista francés.

Carlo Ancelotti, entrenador del Real Madrid / Foto: Europa Press

Tchouaméni se la juega en la gira

La respuesta de Tchouaméni ha sido negativa. Quiere una nueva oportunidad, una segunda temporada para demostrar que puede ser el sustituto de Casemiro. Al Real Madrid no le queda más remedio que esperar. La idea es ver en acción al jugador en la gira americana, tanto en los partidos como en los entrenamientos. Si el francés sigue sin convencer, tendrá que salir.

Y es que en el Real Madrid temen que Tchouaméni siga sin adaptarse a la pizarra de Ancelotti, un supuesto que reduciría considerablemente el valor del jugador, por lo que el dinero invertido ya sería irrecuperable. La puerta del Liverpool no está, ni mucho menos, cerrada.