Peligraba la final, el tiempo que duraría y como se desarrollaría la jornada decisiva del Barcelona Open Banc Sabadell 2018. Rafa Nadal tenía la firme intención de revalidar el título sobre la tierra de Barcelona, de conseguir su undécimo trofeo, pero delante suyo tenía a dos adversarios: Stefanos Tsitsipas y la meteorología.
Durante toda la semana las pistas del Real Club Tenis de Barcelona han disfrutado de un sol de justicia. Los espectadores que se han paseado por las instalaciones del club barcelonés querían ver tenis y, de paso, se tostaban para hacer un buen bronce. El verano parecía que ya había llegado, pero en a la final todo se ha puesto en duda.
La lluvia amenaza en estropear la fiesta
Ya hacía días que se anunciaba lluvia para el domingo de la final. Y todas las previsiones se han cumplido. Minutos antes de empezar la gran cita han empezado a caer cuatro gotas. Las nubes de Barcelona amenazaban lluvia durante todo el día y a las cuatro de la tarde ha empezado el espectáculo.
Los paraguas han aparecido en la pista central del torneo, que lleva el nombre de Rafa Nadal. Y con la lluvia los dos protagonistas han calentado y han empezado el partido. Primer juego en blanco para Tsitsipas, la lluvia dejaba frío a Nadal.
Y entonces en el quinto punto, cuando se jugaba el segundo juego y sólo llevaban cuatro minutos de final ha habido una parada. Los protagonistas estaban cobijados bajo los paraguas y los aficionados abandonaban la grada. Minutos de desconcierto, esperando la reacción del cielo. Y el cielo ha decidido y ha vuelto el mejor Nadal.
Nadal crece con el sol
Como si fuera un aliado del sol, vistiendo de naranja y con ganas de acabar con una tarde de celebraciones, Rafa Nadal ha vuelto del breve parón con el color de la victoria. Y se ha ido la lluvia y ha salido el sol. Fuera los paraguas y fuera las chaquetas.
Nadal ha saludado el buen tiempo. Los VIPs han vuelto a ponerse las gafas de sol en la primera fila. La afición ha mostrado sus rojigualdas, también algunas banderas griegas y a todo pulmón han empezado a gritar el habitual ¡Vamos Rafa!
Con la ya buena meteorología el manacorense ha sacado a pasear su mejor tenis. Pelotas a la línea, pelotas al fondo de la pista y pelotas imposibles para Tsitsipas. Nadal se ha impuesto en el primero set por 6-2 y después por 6-1. Desde la salida del sol sólo ha cedido dos juegos –uno por set–, ha conseguido doce juegos, un partido y un nuevo título. El undécimo sobre la tierra que lo ha visto crecer. Nadal remata a la lluvia.