La selección española empieza la Liga de las naciones con una victoria contra Inglaterra en Wembley (1-2). Luis Enrique arranca su etapa como seleccionador sacudiendo la alineación y cambiándole la cara a un equipo que difumina el recuerdo de la vergonzante eliminación contra Rusia en los octavos de final del último Mundial.

Marca de la casa

Luis Enrique sólo ha tenido una semana para preparar su debut al frente de la 'roja', pero eso no ha supuesto un obstáculo para que el equipo ya haya asimilado las líneas maestras de su sistema: 4-3-3, mucha intensidad y presión alta. En su primera alineación sólo ha entrado un jugador del Barça. Sergio Busquets ha hecho de pivote al lado de Thiago Alcántara, Saúl Ñíguez, Rodrigo Moreno, Iago Aspas o Marcos Alonso.

Los silbidos a Sergio Ramos de una gradería que no olvida el asunto con Mohamed Salah en la final de la Champions de Kiev han sido la banda sonora de los primeros minutos de partido. Los ingleses han aprovechado la falta de rodaje de los españoles para adelantarse en el marcador cuando sólo se habían jugado once minutos. Un agujero a la espalda del medio del campo ha puesto en marcha un contragolpe que ha acabado rematando Marcus Rashford después de un centro milimétrico de Luke Shaw. España estaba obligada a remontar. Y su reacción ha sido inmediata.

En la siguiente jugada, Dani Carvajal y Rodrigo han fabricado una ocasión que ha rematado Saúl a gol. El mediocampista colchonero, inédito en el Mundial, se estrenaba como goleador con la selección absoluta. El gol ha legitimado el planteamiento de Luis Enrique, que ha sabido implicar a todos los futbolistas, sobre todo en defensa. Inglaterra ha empezado a tener muchos problemas para salir con la pelota controlada. El gol de Rodrigo, aprovechando una falta de Thiago, dinamitaba el partido.

Aliado De Gea

Luis Enrique no tocaba nada al descanso porque parecía que había encontrado la fórmula. Además, David De Gea respondía a su confianza ciega con una parada decisiva. España sólo tenía que administrar la ventaja. No le convenía el desgobierno porque Inglaterra sólo respiraba cuando podía correr al espacio.

Un golpe de Carvajal sobre Shaw ha parado y enfriado el partido. El lateral del Manchester United, después de unos cuantos minutos tendido sobre el césped, ha abandonado Wembley en camilla y rodeado de los servicios médicos de la selección. La segunda parte tenía mucho menos ritmo. El guion beneficiaba a España, que no sufría en defensa y repartía esfuerzos con cambios desde el banquillo: Marco Asensio, Sergi Roberto e Iñigo Martínez.

Inglaterra no tenía alternativa. Wembley empujaba a los jugadores de Gareth Southgate al ataque. Más con el corazón que con la cabeza. Rashford, a la desesperada, ha tenido la mejor ocasión, pero ha vuelto a aparecer De Gea para mantener el resultado hasta el silbido final. Victoria de prestigio para un Luis Enrique que puede estar contento.