Cazar es su manera de vivir. Correr buscando sus presas es su arte. Y conseguir el premio del gol es su recompensa diaria. A día de hoy parece que el depredador Luis Suárez ha perdido su olfato. El uruguayo tiene mucha hambre, pero los resultados se han disipado.

Goleador sin gol

Desde que ha empezado la temporada el charrúa lleva sólo tres goles en trece partidos. Ninguno de ellos en Europa. Una racha muy negativa para un delantero, y más para Luis Suárez, acostumbrado a luchar temporada tras temporada por ser el máximo goleador europeo.

A estas alturas lleva cuatro partidos consecutivos sin marcar, con una cifra de 353 minutos viendo como las pelotas pasan y la portería se aleja cada vez más. Pero no se le puede reprochar nada porque persiste como el que más. Trabaja, se ofrece, dispone de ocasiones, dispara, pero no tiene nada de suerte.

Su falta de confianza lo ha vertido a ser más asistente que goleador. Ahora cuando tiene una ocasión clara ya no piensa en fusilar al portero rival; ahora mira a sus compañeros. Un gesto solidario pero que en un killer no tendría que ser un recurso habitual.

La Champions, una cruz

A Luis Suárez se lo ve ofuscado, desesperado, incomprendido y con errores poco habituales en él. Puede ser que esté en una crisis de gol que le haga recordar a su inicio con el Barça, incapaz de estrenarse. La situación actual tras no recuperarse del todo de una lesión, con su caída en la banda izquierda del ataque o por el simple hecho de compartir delantera lo ha podido perjudicar.

Pero si se habla de crisis, se puede reflejar perfectamente en la Champions League. Esta temporada, cuatro partidos y ningún gol. La Juventus, el Olympiacos y el Sporting de Lisboa han resistido a sus dianas. Y si se mira más allá nos damos cuenta de que no marca en Europa desde el histórico 6-1 al PSG ahora hace ocho meses.

Unos datos que todavía empeoran más cuando se observa cuanto hace que no marca fuera de casa en la Champions. Concretamente es desde el día 16 de septiembre del 2015. Dos años y casi dos meses sin ser decisivo lejos del Camp Nou. Aquel día fue el único goleador del equipo en el empate del Barça en el campo de la Roma correspondiente al partido inaugural de la fase de grupos de la Champions 2015/16.

Los pobres datos de esta temporada, sin embargo, con tres goles en todas las competiciones, lo mantienen como el segundo máximo goleador del equipo empatado con Paulinho. Suerte de Messi que con dieciséis goles mantiene a flote al equipo. Y a Luis Suárez sólo le queda que ser paciente, porque cuando la pilota vuelva a entrar, todo se arreglará.