El FC Barcelona-Atlético de Madrid no ha decepcionado. Un duelo que tenía mucho en juego y en el cual las pulsaciones estaban muy altas en los futbolistas de los dos conjuntos. Un viejo conocido de la afición culé, Luis Suárez, se ha mostrado beligerante en su juego, como de costumbre, pero ha celebrado con una efusividad anormal el primer gol de los colchoneros, el que ha marcado Yannick Carrasco en el minuto 8. Este gesto ha extrañado a los jugadores del Barça.
Buenos números en el Wanda
Luis Suárez se marchó de Barcelona sin quererlo, obligado porque no entraba en los planes de Ronald Koeman. Una vez en Madrid, el uruguayo ha rendido a muy alto nivel. La temporada pasada, Suárez marcó 21 goles y repartió tres asistencias en 38 partidos disputados con los rojiblancos, entre Liga y Champions. Este año, lleva nueve goles y dos asistencias en 29 partidos jugados. Con la falta de gol que ha tenido el Barça, parece extraño que Koeman decidiera desprenderse de Suárez con tanta facilidad.
Para el Cholo Simeone, el exblaugrana ha sido un pilar fundamental desde la temporada pasada. De los jugadores de ataque, Suárez ha sido el que menos ha rotado. Sin embargo, el uruguayo ya tiene 35 años y está encarando el final de su carrera futbolística. Tanto el Atlético como el mismo jugador tienen claro que su camino se separará más pronto que tarde.
Suárez, muy sobreexcitado
Luis Suárez ha sido muy intenso, tanto en su juego como en las protestas. Cuando Yannick Carrasco ha abierto el marcador, con una asistencia del uruguayo en el minuto 8, el futbolista 'charrúa' ha celebrado el gol con una efusividad desmesurada, hecho que ha extrañado a sus excompañeros.
Más tarde, antes de la expulsión de Dani Alves, Suárez ha protestado con mucha insistencia, tanto al línier como a Gil Manzano, para que se echara al lateral brasileño del Barça. Además, era el primer colchonero al quejarse ante cualquier decisión del colegiado. Lo que ya hacía con la camiseta del Barça, pero ahora como rival.
No obstante, cuando en el minuto 58 el exdelantero del Barça ha conseguido recortar distancias y poner el 4-2 en el marcador, no lo ha celebrado. Y no solo eso, sino que ha pedido perdón a la afición del Camp Nou, en un gesto que no concuerda demasiado con su actitud previa. El Camp Nou, por su parte, no ha mostrado ningún tipo de enfado y ha dedicado aplausos al que fue un ídolo blaugrana.