Uno de los mejores fichajes del Real Madrid en el siglo XXI ha sido, sin ninguna duda, el de Luka Modric. Hace poco menos de una década, en verano de 2012, el Madrid pagó 35 millones al Tottenham por hacerse con sus servicios, y tras casi 10 años, se ha demostrado que fue un acierto rotundo.
Modric, insustituible pese a sus 36 años
Porque aunque en un principio generó dudas, desde el momento en que se amoldó al fútbol español y se quitó la presión que supone jugar en el Real Madrid, el croata ha sido pieza clave en un Madrid que, con él moviendo la batuta, ha logrado cuatro Copas de Europa, dos ligas, y a título individual, un Balón de Oro y un premio The Best en 2018.
Además, parece que ha hecho un pacto con el diablo porque sigue pasando el tiempo, ya tiene 36 años, pero sigue siendo absolutamente fijo para Carlo Ancelotti y el Madrid, que sigue sin encontrar a nadie que pueda hacerle sombra, en parte, porque sigue jugando a un nivel altísimo.
Aunque, como todos, ha generado dudas en las últimas semanas, el Madrid no quiere desprenderse de él y piensa ofrecerle la renovación por una temporada más, algo que el jugador siempre ha dicho que aceptaría, casi sin importar las condiciones. Y no es porque no tengo ofertas para irse, porque las tiene.
La Premier le tienta, pero no se irá del Madrid
Ya conoce la Premier League, donde tuvo su primera experiencia en las grandes ligas del continente de la mano del Tottenham, y precisamente el conjunto londinense estaría encantado de volver a contar con él por un par de años. Antonio Conte no consigue dar con la tecla, y la experiencia del centrocampista de Zadar le vendría a las mil maravillas, pero saben que no será posible.
Como también lo sabe el Manchester City y Pep Guardiola. Porque aunque no fuera para ser titular indiscutible, el exentrenador del FC Barcelona quiere contar con los mejores, y su club le planteó a Modric una oferta de cuatro temporadas, dos en Inglaterra, en Manchester, y las últimas dos en su filial norteamericano de la MLS, el New York City, pero una vez más, su respuesta fue negativa.
Modric ya ha decidido que Madrid es su casa y quiere que el Bernabéu sea su último hogar al más alto nivel. Si cuando deje el Madrid quiere seguir jugando, siempre podría volver a Croacia, donde es casi héroe nacional, o buscar un destino exótico para colgar las botas.