La rivalidad silenciada entre Neymar Jr y Kylian Mbappé durante años ha derivado en una guerra entre bandos en el vestuario del Paris Saint-Germain. Un conflicto al que se ha sumado una tercera persona, Leo Messi, pieza clave en el enfrentamiento que entre el brasileño y el francés.

Cuando el PSG renovó a Mbappé, entre las condiciones que puso el delantero para firmar su nuevo contrato, al margen de las económicas, figuraba ser el líder absoluto del vestuario y tener cierto poder de decisión sobre el proyecto deportivo. Y entre sus primeros deseos figuraba el de traspasar a Neymar. Kylian y el delantero carioca nunca han mantenido una relación fluida. Sobre todo de puertas para dentro. Es lo que suele ocurrir cuando hay dos gallos en un mismo gallinero.

Messi, el mejor aliado de Neymar para desquiciar a Mbappé

Ney, que llegó a París como la estrella absoluta y en el club galo siempre le habían reído las gracias, nunca permitió a Mbappé alzar la voz. De ahí que, en cuanto pudo, el francés exigió la salida del sudamericano.

Neymar / Europa Press 

Pero Neymar no estaba dispuesto a ceder. Menos aún tras la llegada de su amigo Leo Messi al conjunto de la capital francesa. Y de ahí que decidiera ejecutar la cláusula de su contrato que le permitía renovar de forma unilateral con el Paris Saint-Germain. Ney se aseguraba así seguir hasta 2027, en un gesto que ha generado un incendio en el vestuario. Ahora no solo hay dos gallos en el gallinero. Hay tres. Y dos de ellos se posicionan en el mismo bando.

Messi tapa la vida desordenada de Neymar

Messi y Neymar, con el apoyo de jugadores como Marquinhos, luchan contra la supremacía de Mbappé, que se encuentra solo en esta contienda. Leo, además, no solo es el aliado de Neymar dentro del campo. También lo es fuera.

Neymar en el Casino / Twitter

Como ocurría cuando ambos estaban en el FC Barcelona, el argentino es el encargado de tapar la vida desordenada del carioca fuera de los terrenos de juego, consiguiendo desquiciar así a Mbappé tanto dentro como fuera del club. En definitiva: Neymar vuelve a ser una mala influencia para Messi, que en ocasiones es más protagonista por sus feos con Mbappé que por su rendimiento deportivo.