El Barça más alternativo ha resistido contra el Mallorca en el día que se han cumplido cinco años de aquel partido que no se tendría que haber jugado nunca en el Camp Nou. Y el conjunto blaugrana se ha acabado imponiendo en Son Moix después de un solitario gol de Robert Lewandowski (0-1). Y además vuelve a ser líder provisional de la Liga Santander.
Lewandowski, el de siempre
Un Barça de alternativo por culpa de las lesiones y medio desconocido por las titularidades que se han presentado en Son Moix. Jordi Alba, Andreas Christensen, Gerard Piqué, Franck Kessié y Ansu Fati, aparte de situar a Alejandro Balde de urgencia en el lateral derecho, han sido las grandes novedades contra el Mallorca. Pero a pesar de la falta de titulares y la presencia de un equipo con pocos minutos jugados esta temporada, el plan ha sido el esperado: posesión culé y defensa mallorquinista.
El Barça ha seguido amenazando como siempre, con Lewandowski en el eje del ataque y Ousmane Dembélé en la banda derecha. La incansable persistencia de Pablo Gavi y el dominio de Sergio Busquets en el medio del campo tampoco han faltado. Pero al Barça le ha costado mucho arrancar. El Mallorca de Javier Aguirre, muy duro como todos los equipos del técnico mexicano, se ha hecho valer ante su afición. Pero la resistencia ha durado lo que ha durado.
Y ha tenido que ser Lewandowski, con asistencia de Ansu Fati, quien se ha inventado un golazo en el minuto 20. Recorte dentro del área pasándose el balón de la pierna izquierda a la derecha por detrás y rosca descomunal que toca al palo antes de entrar a gol. Una recompensa merecida para un Barça superior pero con falta de presencia ofensiva.
Entonces el Mallorca ha dado un paso adelante, pero ha sido insuficiente. La defensa culé se ha mostrado muy firme. No ha habido fisuras, pero sí algunas tarjetas amarillas para Piqué, Christensen y Kessié. También ha recibido la roja directa Òscar Hernández, el segundo entrenador culé. Y después de que el partido se encendiera ha llegado el descanso.
Resistencia culé
Y en la segunda mitad ha seguido la misma tónica. Los unos dominando y proponiendo; y los otros cerrándose y buscando el contragolpe. Pero a pesar de unos primeros ataques del Mallorca, el Barça ha recuperado el terreno y ha vuelto a calmar el partido. Ni Ansu Fati ni Dembélé han tenido su día. Se les ha echado de menos.
Entonces han llegado los primeros cambios, sacando del campo a Kessié y a Ansu Fati, y haciendo entrar a Pedri González y a Raphinha. Pero el partido no ha cambiado. El Barça ha acelerado el ritmo sin ser suficiente y el Mallorca ha empezado a creer. Alguna intervención de mérito de Marc-André ter Stegen más y sufrimiento culé. Y en los últimos minutos han entrado Sergi Roberto y Ferran Torres por Jordi Alba y Dembélé.
Al final, victoria por la mínima del Barça en un partido complicado y de aquellos que con el paso de los años todo el mundo habrá olvidado. No como aquel del 1 de octubre del 2017 contra el Las Palmas, también con victoria y que cuesta mucho de olvidar.