Cuando se va a más de 200 kilómetros por hora, la línea entre ser el héroe de la película o el villano es aún más fina. Marc Márquez, sin embargo, que se autovaticinaba un fin de semana complicado — para no decir que una temporada con más arena que de cal — venía viendo la cara de la moneda durante este primer fin de semana de MotoGP.
La qualy fue un auténtico show. Se sabía inferior a sus rivales, pero al ver a Bagnaia en vuelta, identificó su oportunidad en la rueda del vigente campeón del mundo para adjudicarse una pole que ni los más optimistas habrían adivinado. Sea como sea, las primeras curvas de la carrera al sprint dictaron sentencia y lo llevaron a una quinta posición que, si bien era muy agria en vista de que partía desde la primera plaza de la parrilla, era esperanzadora porque estaba aguantando el tipo contra los infernales ritmos de las Ducati. En ese entonces, tensó la línea entre el héroe y el villano y la arriesgada apuesta le valió para escribir su nombre de manera inesperada en el top 3 de la carrera lanzada de Portimao.
Un domingo negro
El sábado había sido un día de alegrías para un Márquez que hacía alusión a su legado. Hacer la pole del GP de Portugal y conseguir sumar los primeros 7 puntos de la temporada en un momento de vacas flacas parecía encender una luz al final del túnel, pero tres vueltas tardaría esta en volver a perderse en la oscuridad.
En los primeros metros, la brutal salida de Miguel Oliveira lo dejaba atrás, así como lo haría un Jorge Martín que también se vería involucrado en lo que vendría con posterioridad. Marc, en un error de cuestión de milímetros, tocaría al madrileño para perder la estabilidad y llevarse por delante a un Oliveira que nada tenía que ver con la película.
Portimao se echa encima de Marc Márquez
El portugués había arrancado la carrera como una exhalación convencido de dar espectáculo a su afición. Corría en casa y, pese a arrancar desde la segunda línea, poco tardó en ponerse en cabeza. Sin embargo, el error del de Cervera se lo cobraba como principal víctima y el de Aprilia, como Marc, terminaba por los suelos y debiendo decir adiós a una carrera muy especial para él.
El '93' se sabía culpable, y nada más llegar a la zona de boxes, se dirigió al del luso para trasladarle su arrepentimiento. Sin embargo, lo que no deja de ser un gesto noble sería correspondido con la sonora pitada de Portimao porque, en esta primera película de la temporada, Marc Márquez sería el villano.