"Hacía mucho que no tenía un fin de semana sin caídas, estable y constante". Ese fue el inusual resumen que hizo Marc Márquez en su estreno en MotoGP con la Ducati del Gresini Racing. Un titular 'extraño' teniendo en cuenta el historial del '93' con una Honda inestable, además de por su estilo de pilotaje, que le ha hecho buscar siempre el límite. Una situación que en muchas ocasiones le ha hecho besar la gloria, y en otras el asfalto.
El tro de Cervera, en 2023, batió todos los récords de caídas, con un total de 29. Por esa misma razón, en su estreno con la Desmosedici GP23, 'pecó' de prudente y en ningún caso se fue al suelo y su moto siempre llegó intacta al box. Marc sabía que no podía pilotar la Ducati como la Honda y que en su proceso de adaptación debía ser cauto. No podía, de buenas a primeras, subirse a una montura que no conoce e impartir el pilotaje que tanto le ha caracterizado. Tiempo al tiempo.
Márquez vuelve a ser él mismo
Porque el catalán, una vez le ha cogido el truco a eso de pilotar una Desmosedici, ya se ha sabido competitivo. Y ahí sí que el ilerdense se ha visto con la capacidad suficiente para seguir exprimiendo la Ducati, como lo hacía con la Honda, para volver a encontrar los límites. En un fin de semana, el primero en el GP de Qatar, ha pasado de acumular 0 caídas a volver a encumbrarse en lo más alto del ránking de arrastrones.
En total, en Portugal, el octocampeón del mundo acumuló hasta 4 caídas durante los tres días de acción en Portimao, que le hacen estar en un podio que no gusta, precisamente, al '93', pero que, por otro lado, siempre ha formado parte de él. De 0 a 4 en tan solo un fin de semana y, aunque besar el suelo siempre es una mala noticia, esto es una muestra de la velocidad con la que Márquez se ha adaptado a la Ducati y es un claro aviso para el resto, ahora quiere más.
Marc seguirá buscando los límites
"Simplemente ha salido mi instinto", dijo el español preguntado por la caída. Y después siguió: "Era el instinto al que estaba habituado con la Honda cuando se movía en la frenada. Iba rápido al vértice derrapando un poco y conseguía frenar la moto con neumático nuevo. He intentado frenarla con la Ducati, pero los puntos fuertes de esta moto son otros y los tengo que entender". Marc quiere seguir poniéndose a prueba para encontrar las virtudes de la Ducati y ponerla, de nuevo, al límite.
El '93' cada vez se encuentra más cómodo sobre su montura y cada vez tiene más confianza en sus posibilidades. A pesar de su perfil bajo, Marc sabe que sigue siendo candidato al título y conforme vayan pasando las jornadas, más irá sacándole el jugo a la Desmosedici GP23. Esto es un aviso a navegantes, que se preparen Pecco Bagnaia y Jorge Martín, porque el ilerdense va a la caza de su noveno Mundial.