La vida puede cambiar muy rápido. El Espanyol, en sólo un verano, ha pasado de generar indiferencia a despertar optimismo entre sus aficionados. La llegada de Joan Francesc Ferrer 'Rubi' ha borrado en sólo dos partidos de Liga el recuerdo de Quique Sánchez Flores y ha reanimado a muchos futbolistas. El caso más notorio es el de Marc Roca Junqué —Vilafranca del Penedès, 1996—. Roca ha pasado de ver los partidos desde la grada a hacerlo desde el medio del campo, donde no para de acumular elogios.
La explosión de Roca, atronadora después de una exhibición contra el Valencia (95% de acierto en el pase), sólo tiene una explicación: "La confianza del entrenador". El mediocampista, en boca de todo el mundo después de la convocatoria para la selección española sub-21, disfruta con prudencia de su mejor momento como profesional. "Estoy muy contento, pero lo vivo todo con mucha normalidad", asegura para rebajar la euforia porque sabe que hace mucho frío en el banquillo.
Roca, orgullo del fútbol base del Espanyol y encargado de defender el '21' de Dani Jarque, destila naturalidad, pero no esconde la ambición de un grupo de jugadores que, ahora sí, cree en sus posibilidades: "Rubi quiere un equipo que sea muy ambicioso, protagonista y que no se marque límites. Podemos conseguir cosas muy bonitas, pero tenemos que seguir trabajando en la misma línea".
¿Cómo ha vivido la última semana?
Estoy muy contento, pero lo vivo todo con mucha normalidad. Tengo ganas de seguir entrenando y seguir mejorando. Ya quiero que llegue el domingo para hacer un buen partido y alargar esta línea.
El partido contra el Valencia será difícil de olvidar...
Es uno de los partidos que recordaré durante mucho tiempo. Hacía mucho que no jugaba de titular en el estadio y justo se cumplían dos años de mi debut. Todo el equipo estuvo muy bien.
De descartado a titular. ¿Qué ha cambiado?
La confianza del entrenador. Al final, todo se reduce a tener minutos para poder demostrar en el campo tu juego y tu estilo. Soy el mismo del año pasado. Estoy entrenando bien y las cosas están saliendo.
¿Dudó de su nivel para jugar en Primera División?
No, a pesar de que hubo un momento en el que no jugaba y tampoco entraba en las convocatorias. Cuando llega un entrenador nuevo tienes ilusión y motivación. Creo que puede ser un gran año y conservo las ganas de seguir aprendiendo. Al final, con trabajo, todo se puede conseguir. Si trabajas, todo llega.
¿Se planteó marcharse el pasado invierno?
Sí, fue una de las opciones para buscar minutos en otro equipo. Al final, por un conjunto de razones, decidimos que tenía que quedarme.
¿El vestuario lo protegió?
Siempre he estado muy protegido y los compañeros me han ayudado en todo lo que he necesitado. Somos un vestuario muy unido y eso es lo que nos hace más grandes. Vamos todos en la misma dirección. El año pasado fue difícil para mí y siempre tuve el apoyo de los compañeros. Nunca me sentí apartado del grupo.
¿El entrenamiento físico en verano explica su rendimiento?
Es una cosa que hago cada año. Y seguiré haciendo. El club también te dice qué tienes que hacer. Somos profesionales y el verano está para descansar un par de semanas. Después nos tenemos que poner a trabajar fuerte porque en la pretemporada nos machacan y tenemos que estar bien físicamente.
¿Se siente responsable para responder a la confianza del entrenador?
Él me corrige cuando fallo. La concentración y la atención son clave en mi posición. Afronto esta situación con ganas de mantener el nivel y ayudar al equipo en todo lo que pueda. Intento hacer lo mejor posible todo aquello que me dice el míster y responder con buenas actuaciones y buenos minutos.
¿Cuál es el cambio más evidente entre Quique y Rubi?
Básicamente, el modelo de juego. Queremos ser protagonistas, tener la pelota e ir a los partidos a marcar el primer gol, siempre con mucha ilusión. Intentamos disfrutar con la pelota y hacer disfrutar a nuestra afición. Rubi quiere un equipo que sea muy ambicioso, protagonista y que no se marque límites.
Usted es uno de los preferidos de la afición...
Siempre lo he notado. La afición siempre ha estado a mi lado y cuando he tenido minutos ha respondido de manera increíble. Siempre he recibido sus aplausos y su apoyo. Incluso, el año que estuve mucho tiempo sin jugar, cuando volví a hacerlo escuché una ovación. Esto es muy importante para un futbolista.
¿Por qué la gente está tan ilusionada con este Espanyol?
Creo que los aficionados están contentos porque ven un equipo que quiere la pelota y sale a ganar todos los partidos. Esto gusta a la gente y se siente más representada. Sólo llevamos dos jornadas, pero hemos empezado bien. Tenemos mucha confianza y ganas de seguir creciendo. Queremos que la afición se identifique con nosotros y venga al campo. Podemos conseguir cosas muy bonitas, pero tenemos que seguir trabajando en la misma línea.
¿Cree que puede ser un ejemplo para el fútbol base?
Esto justo acaba de empezar, pero es verdad que todo se consigue trabajando. Cuando las cosas no van bien, si confías en ti mismo y trabajas, las oportunidades acaban llegando. Cuando un jugador no tiene minutos tiene que entrenar al máximo y no dejarse nada.
¿Qué supone jugar con el '21' de Dani Jarque?
Es una motivación y un honor. Lucir el número 21 es muy importante en este club. Intento defender estos colores de la misma manera que lo hacía Dani.
¿Quién es su referente?
Siempre he dicho que tengo un ídolo que es Raúl Tamudo. Para mí y para todo el espanyolismo es una leyenda. Pero en mi posición me encantaba Xabi Alonso. Pienso que era un jugador espectacular, que no perdía pelotas, organizaba al equipo a la perfección, jugaba fácil y siempre estaba bien posicionado. Es el espejo donde tengo que mirarme.
¿Ve un futuro más allá del Espanyol?
Nunca se sabe, pero aquí estoy muy a gusto y siempre me han tratado muy bien. Ahora mismo, esta es una cosa que no me planteo porque sólo miro el presente y el día a día.