Javier Mascherano no ha podido evitar emocionarse cuando ha recordado los siete años y medio que ha pasado en el Barça.
Un vídeo de sus compañeros de vestuario, donde lo recuerdan como un "ejemplo", ha sido suficiente para que al futbolista argentino se le rompiera la voz el día de su despedida. Mascherano, que se marcha a China, ha dicho adiós al club desde el Camp Nou, donde ha jugado buena parte de los 334 partidos con la camiseta blaugrana. "Llegué aquí para cumplir un sueño y el sueño se ha acabado", ha dicho antes de asegurar que "lo más difícil de jugar en el Barça es que un día tienes que irte".
Un tipo querido
El presidente del Barça Josep Maria Bartomeu no ha escatimado ningún elogio hacia un futbolista con quién guarda una relación especial después de ficharlo del Liverpool, como vicepresidente el año 2010: "Eres una persona de retos y la apuesta te ha salido muy bien. Eres una referencia para el Camp Nou y el vestuario". Además, Bartomeu ha querido aprovechar el acto para destapar una anécdota personal: "Mascherano es una persona autoexigente y puedo explicar que muchos veranos recibía mensajes suyos diciéndome que creía que se tenía que marchar".
Mascherano se marcha con la cabeza alta después de haberse convertido en el tercer extranjero con más partidos en la historia del Barça. Sólo lo superan Leo Messi y Dani Alves. Con 18 títulos en el bolsillo, el central hace las maletas con una propuesta sobre la mesa. "Este es tu club y sabes que eso es tu casa. Aquí hay una experiencia que te espera", ha dicho Bartomeu, abriéndole la puerta para que se convierta en entrenador en La Masia.
Ante toda la directiva y excompañeros como Carles Puyol o Eric Abidal, Mascherano ha recibido el último regalo del Barça antes de despedirse de la afición este jueves antes del partido de Copa del Rey contra el Espanyol. Bartomeu le ha dado un cuadro con una fotografía suya desde el césped del estadio en torno a las 18 copas. Un palmarés envidiable para un ejemplo de humildad.
El vestuario, clave
Mascherano las ha visto de todos colores desde que cambió Inglaterra por Catalunya: pasando por un triplete y acabando por supuestos cambios de ciclo. Aún así, ha vivido en primera persona los mejores años de la historia del club: “Siempre he dicho lo mismo. El vestuario ha sido el secreto. Cuando llegué creía que me encontraría con un vestuario difícil por los grandes jugadores y todos los títulos que se habían ganado. El secreto del Barça es vivir el día en día de una manera alegre. Han sido siete años y medio, pero parecen muchos menos por todo lo que hemos pasado”.
Nadie olvidará sus inicios, cuando la afición del Camp Nou desconfiaba del Mascherano mediocampista, antes de que Pep Guardiola decidiera reconvertirlo en uno de los mejores centrales de Europa. Él mismo reconoce que salvar el gol de Niklas Bendtner en la vuelta de los octavos de final de la Champions del 2011 contra el Arsenal cambió su carrera: “La jugada marcó un antes y un después entre la afición y yo. Aquello me dio la confianza necesaria para aportar mi granito al equipo”.
Al Barça le toca buscar un sustituto del capitán Mascherano. Y el mismo jugador ha señalado a Gerard Piqué para que sea uno de los líderes del vestuario con brazalete: “Lo votarán los chicos, cómo ha pasado en los últimos años. Está claro que ‘Geri’ tiene mucha ascendencia sobre el grupo y podría hacerlo. Aún así, es una persona que ha estado ejerciendo de capitán sin tener este rol”.
Un adiós pactado
Mascherano tenía claro que no quería salir del Barça por la puerta de atrás. “Hace un tiempo que vendía pensándolo y creo que ha llegado el momento de tomar decisiones. Lo más difícil de jugar en el Barça es que un día tienes que irte”, ha dicho antes de señalar su edad -33 años- como uno de los motivos para irse a jugar a China: “Esto va con los sentimientos y está claro que el paso del tiempo ha sido un indicador de que vendía perdiendo protagonismo. Antes de poner en un compromiso al club y no acabar de la mejor manera, busqué una solución para que todos estuviéramos satisfechos”.
El acto ha sido una despedida sin rencor, donde los caminos del jugador y del club se separan sin dejar de darse las manos. Con una sonora ovación el Auditorio ha agradecido su sacrificio y su profesionalidad, que lo han llevado a reinventarse para acabar triunfando. “Me siento un privilegiado. Que te valore la gente que trabaja contigo es el mejor estímulo y el mejor regalo. El afortunado he sido yo porque llegué aquí para cumplir un sueño y el sueño se ha acabado. Esto ha durado más de lo que nunca hubiera pensado”.