El Barça está viviendo un profundo proceso de reconstrucción que, si sale bien, debería llevar al equipo a volver a competir en la élite europea más pronto que tarde. Joan Laporta, al ganar las elecciones a la presidencia del Barça, le encargó esta tarea a Mateu Alemany, que se puso manos a la obra.
Dejen salir antes de entrar
El margen de maniobra era mínimo, por la situación económica que se encontraron, pero entre algunas salidas y otras renovaciones a la baja se pudieron inscribir a los fichajes del mercado de invierno, pero para el mercado de verano hay el mismo problema. La salida de Philippe Coutinho inauguró una 'operación salida' que se prevé intensa y larga, y que puede durar todo el mercado estival, como lo hizo en enero.
Y lo será, precisamente, porque la 'operación llegada' también lo será. La economía blaugrana obliga a agitar el árbol y sondear todas las posibilidades que ofrezca el mercado, en todas las posiciones. Para la de central, uno de los primeros en aparecer en la lista fue Antonio Rüdiger, que acaba contrato en junio pero quería un sueldo que el Barça no puede pagar, y finalmente, salvo sorpresa, acabará en el Madrid.
Con Rüdiger descartado el Barça se fijó en un compañero suyo en el Chelsea, el danés Christensen, y este sí que parece fichado, pero no por eso Alemany ha dejado de estudiar el mercado de centrales.
Koulibaly cuesta 30 millones de euros
Y precisamente por eso, ahora se ha abierto una vía para fichar a Kalidou Koulibaly. El central del Nápoles, de 30 años, acaba contrato en 2023 pero ya ha comunicado a su club que no va a renovar. Es por eso que, como sucede con su compañero Fabián, los italianos priorizan poder sacar un pellizco por sus jugadores antes que perderlos gratis en un año.
Y por eso, el Nápoles lo ha puesto a la venta, según explica Sky Sports Italia, que también afirman que el club napolitano ha tasado al senegalés en unos 30 millones de euros. El Barça ya sabe su precio, y ahora deberá decidir.
Una opción es quedarse con Christensen, que llegaría gratis a Barcelona y está esperando a que el Barça realice todos los trámites, y la otra es apostar por Koulibaly. Pese a ser más veterano, goza de un físico imponente y una seguridad que no garantiza el danés. Las cartas están sobre la mesa, y Mateu Alemany debe decidir cual de las dos quiere jugar.