La plantilla del FC Barcelona ha dado uno evidente salto de calidad con respecto a la de la pasada temporada. Xavi Hernández venía dando forma a un proyecto prometedor, y, en sumatorio con el satisfactorio efecto de las palancas activadas por Joan Laporta, ha quedado confeccionado un gran equipo que se sitúa, por nombres, entre los mejores de Europa. Ahora solamente falta demostrarlo sobre el césped.

Desde el blindaje de atrás hasta el broche de oro con Robert Lewandowski

Desde que Xavi accedió a sentarse en el banquillo del Camp Nou, una de sus grandes preocupaciones era la defensa. El equipo encajaba goles. Muchos más de los que tendría que encajar una entidad del nivel de la culé. Además, y lo peor de todo, había sensación de inseguridad y eso también influía en la salida de balón. Se quería el esférico lejos de la portería con el fin de evitar problemas, y en el estilo del Barça, hay que asumir riesgos para salir jugando desde atrás.

Xavi Hernández, dando indicaciones a sus futbolistas / Foto: EFE

En la delantera, Xavi encontró una bendición en el mercado del pasado enero, ya que llegaron Ferran Torres, su gran deseo desde el primer momento, y Pierre-Emerick Aubameyang, quien desde el primer partido se puso las botas del goleador y acabó la temporada — a pesar de jugar solamente la mitad — como máximo artillero del equipo empatado a 13 goles con Memphis Depay.

No obstante, el incuantificable impulso moral que supuso la activación de las palancas supuso, no solamente llegadas de gran entidad, sino la recuperación de la ilusión por parte de la afición y, sobre todo, de los propios futbolistas. Confiaban en el entrenador desde el principio de la temporada y confiaban en los recién llegados Jules Koundé y Andreas Christensen para cerrar la defensa junto con los otros puntales que ya había en la plantilla como Ronald Araujo. Mientras tanto, en el bloque de ataque, los goles son tarea de Robert Lewandowski y Ousmane Dembélé se encarga de servirlos en bandeja de plata.

Robert Lewandowski, durante su presentación con Joan Laporta / Foto: Alejandro García - EFE

Los capitanes del Barça penden de un hilo

Todos los fichajes han llegado al Barça para sumar y están siendo, ya desde principios de temporada, muy importantes. Sin embargo, el ingreso a la titularidad de la mayoría de ellos ha relegado a la suplencia a Gerard Piqué y a Jordi Alba, dos hombres que, a estas alturas, perciben un sueldo desmesurado en comparación con su grado de importancia dentro de los planes de juego. Concretamente, y según apunta el portal web culemania.com, el sueldo de ambos futbolistas junto llegaría a los 60 millones de euros.

Sergio Busquets, el único de los capitanes considerado titular fijo, cobraría unos 23. Y Sergi Roberto, un miembro más del fondo de armario de Xavi, tan solo 4 millones de euros gracias a la rebaja salarial que aceptó en su última renovación. En total, entre los cuatro se estarían llevando en concepto salarial una cantidad de 87 millones de euros del presupuesto de esta temporada. Se trata de una cifra muy importante, pero preocupa todavía más al ver que, en general, son prescindibles. Su continuidad en el Barça cuelga de un hilo. Jordi Alba ya estuvo cerca de salir en el último día de mercado, Busquets ya habría aceptado salir a la conclusión de la presente temporada, Jordi Alba está lejos de ser importante y Sergi Roberto, tres cuartos de lo mismo.