Llevamos únicamente tres grandes premios en lo que va de temporada de Fórmula 1, pero hay muchos temas que se vienen arrastrando desde tiempo atrás. El gran rival a batir es el Red Bull de Max Verstappen y Checo Pérez. La marca austriaca ha construido un auténtico cohete y, a día de hoy, no hay ningún monoplaza capaz de competir con el equipo de la bebida energética (parece que es cierto que Red Bull te da alas, porque el su coche vuela).
El segundo coche, es decir, el primero en la liga de los mortales, es el Aston Martin de Fernando Alonso, seguido del Mercedes de Lewis Hamilton. Ambos son los que más cerca pueden estar de hacerle la competencia a un Verstappen y un Pérez que parecen estar a años luz del resto, pero eso se podría acabar.
El dominio de Red Bull puede acabar pronto
Primero por la sanción a Red Bull por pasarse del límite de presupuesto establecido, lo cual supone que tengan menos horas de túnel de viento y menos capacidad de poder recibir nuevas piezas y evolucionar el coche. El Aston Martin es el equipo que más horas de túnel tiene, por lo que podría aprovechar para mejorar su coche y acercarse a Red Bull.
Además, Stefano Domenicali, dueño de la F1, realizó unas declaraciones en este mismo sentido en las que aseguraba que iba a haber "sorpresas" hasta final de temporada. De esta manera, se podría entender, que se refería a una, o más, victorias de Fernando Alonso y quién sabe si tener opciones del tercer mundial.
Por su parte, Hamilton, al volante del Mercedes, también querrá aprovechar la situación para acercarse a la marca austriaca. No lo tendrán fácil, pero, lo cierto es que en el box de Red Bull llevan unas semanas algo inquietos, porque se puede avecinar una guerra interna que desestabilice a sus dos pilotos.
Guerra interna en Red Bull
Las miradas están puestas en Verstappen, ha ganado dos de las tres carreras disputadas hasta la fecha. Precisamente, en la que no ganó, lo hizo su compañero Checo Pérez. A raíz de ahí se empezó a elucubrar con que la relación entre los dos pilotos de Red Bull está bastante deteriorada, y es que el neerlandés no reaccionó nada bien a la victoria de su compañero.
Fue en Arabia Saudí. 'Mad Max' quedó por detrás del mexicano y, molesto por ello, le arrebató la vuelta rápida a Pérez, haciendo caso omiso de las órdenes de su equipo, para seguir como líder del mundial. Este hecho siguió avivando la llama de un posible roce entre ambos. Primero porque a Max le molestó quedar segundo y, después, porque a Checo tampoco le gustó la condición de segundo piloto con la que se le etiqueta.
A pesar de que el propio Checo Pérez ha salido a desmentir los rumores sobre una mala relación con su compañero, cuando el río suena, agua lleva. La situación de guerra interna, aunque no sea cierto, puede desestabilizar a la marca austriaca, algo que aprovecharán tanto Aston Martin, con Alonso, como Mercedes, con Hamilton, para asaltar el trono. Verstappen tiene al enemigo en casa.