Es fácil de explicar. Max Verstappen es el mejor. Lo era cuando el RB20 no tenía rival y lo ha demostrado todavía más cuando McLaren ha pasado a ser el coche dominador. Carrera que pasaba con Red Bull superado con respecto a rendimiento, carrera en la que el neerlandés minimizaba daños. La madera de campeón de Verstappen volvió a salir a la palestra, y ha defendido su cojín de puntos en el Mundial por lo civil o por el criminal. Además, literalmente.
Por su parte, McLaren ha mostrado una falta de determinación incompatible con la lucha con una bestia impiadosa como lo es Verstappen. En Zandvoort, la escudería británica preguntó por radio a sus pilotos si veían alcanzable el podio. Norris acabó venciendo por 22,8 segundos de diferencia y Oscar Piastri fue 4.º tras una carrera gris por su parte. En Monza, un doblete en qualy estaba llamado a convertirse en un puñetazo sobre la mesa en el Mundial, ya que Verstappen no pudo hacer más que el 7.º mejor tiempo. Finalmente, Charles Leclerc les robó la cartera, se adjudicó los 25 puntos y, para colmo, Piastri fue 2.º, con Norris 3.º, regalándole 3 puntos más a Verstappen al no cambiar posiciones.
Interlagos, una nueva demostración de que Norris no puede hacer sombra a Verstappen
En Azerbaiyán, un error garrafal del equipo naranja hizo partir a Norris desde la 16.ª plaza. Finalmente, el domingo, el británico fue 4.º y Verstappn 5.º. Norris volvió a recortar una minucia insuficiente en la general. En Singapur, Verstappen volvió a minimizar daños, siendo segundo, por detrás de Norris. En Estados Unidos, Verstappen volvió a meterle 3 puntos a su rival. En México, el tricampeón se pasó tres pueblos, echando a Norris en hasta dos ocasiones de la pista. Le cayeron 20 según de sanción, y, sin embargo, el de Red Bull fue 6.º y Norris 2.º. Más de lo mismo.
Interlagos fue una nueva demostración de que Norris no puede hacer sombra a Verstappen. Directamente, definió el Mundial, y nunca mejor dicho. Lo definió en el sentido de que ejemplarizó a la perfección cómo ha sido de blando Norris a la hora de la verdad durante toda la temporada, mientras que la determinación, agresividad y talento de Verstappen nunca han fallado cuando el '1' ha estado entre la espada y la pared. En Brasil, pole para el hombre del mono naranja, 17.ª posición de partida para el del mono azul marino. La carrera acabó con Verstappen en el peldaño más alto del podio y con Norris, 6.º, resignado.
Cierto es que la bandera roja provocada por el accidente de Franco Colapinto cayó como anillo al dedo para el de Red Bull, pero el quid de la cuestión es que Verstappen se crea las oportunidades. Norris partía desde la pole y, de nuevo, perdió la condición de líder en los primeros metros. Verstappen salía 17.º y en el primer paso por meta ya rodaba 11.º, deshaciéndose de Hamilton instantes después.
Norris se deja en evidencia en la flash interview: "No es talento, es solo suerte"
A Norris no le faltaba razón refiriéndose a la bandera roja que favoreció a Verstappen como un golpe de suerte, pero la única realidad es que el casi tetracampeón llegó hasta aquella segunda posición por méritos propios tras una clase magistral bajo la lluvia brasileña.
Cuando se hizo la última salida relanzada, el líder del Mundial acabó de culminar su hazaña, deshaciéndose de Esteban Ocon en la frenada de la 1. Norris, por su parte, se hizo un recto en aquella misma curva, cayendo a la sexta posición y cambiando la estela de Russell por la de Leclerc. Norris permaneció atascado durante toda la carrera detrás del británico y, cuando finalmente lo consiguió adelantar, un error no forzado le volvió a mandar a los retrovisores del Mercedes.
La bandera a cuadros amplió la diferencia en la general a 62 puntos cuando solo quedan 83 por disputarse. Brasil definió la temporada por el balance de errores cometidos por los dos candidatos al título y definió la temporada porque, realmente, la renta que separa a Lando Norris y a Max Verstappen, salvo hecatombe, es insalvable.