No es ningún secreto para nadie que Kylian Mbappé es el centro del universo PSG. Ya lo era durante la pasada temporada y este mercado de fichajes estival centralizará todavía más en el francés las esperanzas del proyecto de Nasser Al-Khelaïfi. Tanto es así, que el máximo mandatario de la entidad parisina ha autorizado la salida de Leo Messi y este sábado será su último partido en el Parque de los Príncipes.

No obstante, otros cracks del equipo como lo son Neymar o Sergio Ramos también se marcharán. El central sevillano ya lo ha comunicado de manera oficial, mientras que en el caso del extremo brasileño, el Paris Saint-Germain sigue esperando una oferta que lo satisfaga, siendo la del Manchester United la que parece más viable.

Neymar, después de ser expulsado de un partido con el PSG / Foto: EFE - Christophe Petit Tesson

Sergio Ramos, más pólvora para Arabia Saudí

En el caso de Ramos, adelantaba Marca hace unas semanas que el central sevillano tenía dos escenarios de futuro delante de él: el uno era el de renovar a la baja, aceptando un rol mucho más residual en vista de que la llegada de Milan Skriniar lo relevará a la suplencia; el otro, el de aceptar la impresionante oferta de Arabia Saudí para bañarse en oro en la Premier League saudí.

Tal como ha trascendido con futbolistas como Karim Benzema o con el propio Leo Messi, los petrodólares de Oriente Medio también se podrían llevar a Ramos. De hecho, presumiblemente estarían a punto de hacerlo en vista de que el de Camas ya ha descartado una de las dos vías de futuro que se le preveían.

Mbappé no mueve ficha

El Paris Saint-Germain es un club cuyo músculo económico es de los más poderosos del panorama europeo, pero si Kylian Mbappé ha perdido a dos socios tan importantes como lo son Messi y Ramos, es que no ha movido ficha. Con su última renovación, el club le otorgaba la capacidad del derecho a decidir en futuros fichajes y, por consiguiente, en adioses.

Kylian Mbappé, mirando a la grada del PSG durante un partido de Ligue 1 / Foto: Europa Press

Por esta razón, si su deseo hubiera sido el de seguir compartiendo vestuario con el argentino y el español, el club habría tirado la casa por la ventana con sus renovaciones. Con todo, el hecho de que Sergio Ramos permaneciera lesionado casi durante la integridad de su primera temporada en Francia y que Leo Messi tenga en contra buena parte de la afición, hacía de sus bajas algo casi inevitable.