Melanie es Barça y el Barça es Melanie. De esta forma ha acabado la carta de despedida que Melanie Serano ha leído, entre lágrimas y con la voz entrecortada, para cerrar una etapa que ha durado 18 años de los 32 que hace desde que el 12 de octubre de 1989, en Sevilla, naciera la futbolista con más partidos en la historia del Barça.

Una jugadora de leyenda 

La sevillana, afincada en Catalunya desde que tenía 14 años, cuando su familia se mudó a Blanes, ha anunciado que los dos partidos que quedan, en casa contra el Atlético para intentar cerrar una liga perfecta y la final de Champions del próximo sábado, serán sus últimos de blaugrana, y podría dejar el listón en 518 si participa en ambos.

Melanie Serrano, jugando un partido con el Barça / Europa Press

"Ha sido una decisión muy difícil de tomar. He tenido que hacer una reflexión interna muy importante y evidentemente una reflexión con mi familia", decía Melanie, mientras de fondo se escuchaba llorar a sus gemelas, Natura e Itzel, de poco menos de tres meses, que sollozaban en los brazos de Lara, la pareja de la futbolista y madre de las pequeñas. 

Se retira con 32 años, pero con un motivo muy claro. "Cuándo una ve que no aporta al equipo lo que quiere aportar, y cuando no ayuda al club a dar el nivel de juego necesario, empieza a plantearse otros objetivos y otras metas para seguir ayudando aunque sea de otra manera. Ha llegado el momento de decir adiós a una etapa de mi vida y abrir la puerta a otra nueva que me ilusiona mucho porque me permite buscar nuevos retos y objetivos, pero siempre ligados al Barça", anunciaba una de las grandes artífices de todo el crecimiento del fútbol femenino blaugrana.

Seguirá en el Barça

Un club que ama, y al que seguirá ligada desde ya, porque el Barça le ha "planteado un nuevo proyecto, en el que cuentan conmigo y digo bien alto que me voy a dejar el alma para hacerlo lo mejor posible. Sabéis que soy una jugadora luchadora, trabajadora, responsable, comprometida y fiel a mis colores", pronunciaba Melanie, que no ha querido decir en qué consiste ese nuevo proyecto.

En todo caso, sea cuál sea, pocos o ninguno van a transmitir mejor los valores de los que tanto se habla en Can Barça mejor que ella. "A diario cogía un tren que me llevaba de Blanes a Barcelona, hora y media, ni más ni menos, para después coger un metro y correr saltando la valla del Mini para poder llegar a tiempo al entreno. Nunca podía finalizar la sesión porque sino me perdía el último tren de vuelta a casa" ha recordado emocionada.

Pero todo ha valido la pena. "He pasado de jugar en campos de tierra, a entrenar en altas horas de la noche, a compartir campo con cuatro equipos, de llevar ropa tres tallas más grandes, etc... a tener estadio propio, ganar una Champions y jugar en un Camp Nou con más de 91.000 personas y no solo un partido, sino dos", ha puesto en valor.

La familia, el pilar de Melanie

En un discurso lleno de emoción y barcelonismo a partes iguales, ha acabado dando las gracias a todas las personas que han puesto de su granito de arena para que su carrera haya sido tan espectacular, pero con una mención especial.

"Agradecer a mi compañera de vida, Lara, todo su apoyo incondicional, a seguirme en todos mis pasos y a darme el mejor regalo que me ha podido hacer a día de hoy, mis dos hijas: Itzel y Natura. Aunque queda mucho por hacer, quiero que sepan que su madre ha luchado y contribuido por la igualdad en el deporte entre hombres y mujeres." Una despedida sencilla pero llena de verdad. Un fiel reflejo de una de las personas más importantes en la historia del fútbol femenino del Barça, que seguirá siéndolo, aunque ya sin ponerse las botas para saltar a jugar.

 

Imagen principal: Melanie Serrano, con sus dos hijas, ttzel y Natura / @mel_serrano89