La llegada del buen tiempo y del calor unido a la reducción de las restricciones por la pandemia del coronavirus se ha convertido en un cóctel explosivo para la ciudad de Barcelona y, sobre todo, para sus playas.
Los botellones en la playa se han convertido en el pan de cada, unos encuentros que, lamentablemente, han terminado con muchos sujetos yéndose sin recoger los escombros, dejando unas imágenes lamentables de las playas llenas de basura y de suciedad.
Ter Stegen pide civismo a los barceloneses
Es sobresabido que Ter Stegen es un enamorado de Barcelona. A diferencia de la mayoría de jugadores del Barça, el portero alemán vive en la ciudad, en el barrio de Gracia, y es habitual verle en el metro, paseando o yendo a buscar el pan con patinete.
Es por ello que Ter Stegen, consciente que es un referente para muchos y que su opinión tendrá repercusión, no ha dudado en lanzar un mensaje a través de las redes sociales pidiendo más civismo a los incívicos que una noche tras otra dejan las playas de Barcelona en un vergonzoso estado.
"Todos tenemos la responsabilidad de cuidar nuestra preciosa ciudad. Barcelona y nuestras playas merecen estar limpias. Siempre", ha escrito Ter Stegen.
Temor a un Sant Joan de descontrol
El llamamiento de Ter Stegen llega horas antes de la noche de Sant Joan, una verbena en la que se espera una gran afluencia de personas a las playas, después de que el Ayuntamiento de Barcelona decidiera dejarlas abiertas.
Tal y como anunció el consistorio, se movilizarán 350 efectivos de la Guardia Urbana, 104 bomberos y 2.278 de limpieza. "No permitiremos el descontrol en las playas de Barcelona", afirmó la alcaldesa Ada Colau en una comparecencia en la que reconoció que están habiendo "abusos".
La problemática se descontroló la noche del 8 de mayo, la primera sin toque de queda tras el inicio de la pandemia. "Ha sido una noche muy intensa y ya lo preveíamos después de meses con impedimento de actividad nocturna, era previsible", afirmó Albert Batlle, teniente de alcalde de seguridad del Ayuntamiento de Barcelona. Y es que solo esa noche se desalojaron 6.500 personas y 31 espacios entre plazas, playas y otros espacios públicos.