El atletismo catalán vive un momento dulce. París han recibido varios atletas catalanes que intenten luchar por una medalla olímpica, y hemos tenido la suerte de hablar con una de ellas. Meritxell Soler (Sant Joan de Vilatorrada, 1992) debutará en la cita olímpica en la última prueba de todas, el maratón femenino. La catalana participó en su primer maratón, el Zurich Maratón Sevilla, hace nada más un año y medio, convirtiéndose en la mejor debutante española de la historia. Acabó en octava posición con un tiempo de 2:26:37h, a tan solo 23 segundos del que entonces era el récord nacional, de la también catalana Marta Galimany. El año anterior ya se había dado a conocer ganando el Medio Maratón de Sevilla y el Campeonato de España de Paterna justo antes de dar el salto a la gran distancia. Este febrero volvió a la prueba andaluza para asegurarse la plaza olímpica. Rebajó su marca en casi dos minutos (2:24:57h) y se consolidó como una de las grandes fondistas españolas del momento.
¿Cómo entraste en el mundo del atletismo?
Empecé con 15 años, ya un poco mayor, y de casualidad: el padre de una amiga me dijo que fuera a probarlo con ella. Cuando llegué me encontré con mi entrenador de ahora, Joan Lleonart, que me dijo "va, haz media horita por aquí corriendo", y no aguanté ni quince minutos. Pero él me animó a volver al día siguiente y seguir mejorando. Fue todo muy progresivo, y definitivamente no fue un amor a primera vista. Pero fui mejorando poco a poco. Empecé con distancias más cortas, con 1500, y poco a poco fui alargando.
¿Entonces, tenías pensado hacer distancias más largas?
Sí, desde muy pronto. Yo ya veía que no era demasiado rápida, y todo lo que era más largo me gustaba mucho más y se me daba mejor. El cambio fue muy progresivo, sin embargo. De 1500 pasé a hacer 3000, después 5000 y alguna carrera de 10 km. Pero hasta los 22 o 23 años no hice ningún medio maratón, y fue el año pasado cuando me atreví con el primer maratón.
¿Cuando fuiste a tu primer campeonato de España, pensaste que te podrías dedicar al atletismo, o fue siempre un hobby?
Era totalmente un hobby, no tenía ningún tipo de pretensión. Simplemente, pensaba "pues ahora me apunto al campeonato de Cataluña; ahora al de España; ahora intento hacer podio", pero cuando llegas a la edad adulta es mucho más complicado, porque hay mucha más competencia y otros factores.
Aparte del atletismo, también trabajas de odontóloga. ¿Cómo compaginas el trabajo y los entrenamientos?
Hasta hace un mes y medio trabajaba 35 horas semanales, que era infernal con los entrenamientos. Ahora me lo he bajado a 22 para hacerme la vida más fácil, pero todos estos años he estado haciendo jornada completa. Al final tengo un horario que me permite entrenar mañana y tarde muchos días, que es lo que necesito. Por la mañana tengo el entrenamiento más largo, al mediodía voy a trabajar y por la noche vuelvo a salir a correr un rato.
¿Cuando dices "salir a correr un rato", de cuántos kilómetros hablamos?
Nosotros lo contamos por kilómetros semanales, y ahora estoy haciendo 160 km. Hay días que hago 20, otros que hago 30, depende.
La cabeza es tan importante como las piernas, y yo la tengo muy bien puesta
¿Podrías vivir solo del atletismo? ¿Y qué papel juegan los patrocinadores en eso?
Ahora mismo sí que podría vivir solo del atletismo gracias a los patrocinadores. Estoy con la marca Puma, y con lo que recibo de ellos ya estoy tranquila.
¿Entonces, la compaginación con el trabajo es decisión propia?
Sí, porque también me ayuda. Es cierto que 35 horas era demasiado, pero ahora que hago 22 me va muy bien, porque es un rato en el que no estoy pensando en correr, y también te saca la presión de encima, porque vivir del atletismo depende mucho de los resultados. El año que tienes mejores resultados vives bien, pero si un año bajas el nivel, los ingresos también lo hacen. Eso sería demasiada presión para mí. El hecho de tener otro trabajo hace que no la sienta tanto.
¿Pasar tantos años haciendo distancias más cortas como ha afectado a tu rendimiento?
Muy positivamente. Ahora mucha gente se lanza a hacer maratones sin haber hecho ninguna carrera corta. Pero en el mundo de la competición, lo primero que tienes que hacer cuando eres joven es mejorar en distancias cortas, porque cuando te haces mayor ya no puedes ganar esa punta de velocidad.
¿Cuál crees que es tu punto fuerte?
Mi cabeza, sin lugar a dudas. Soy muy competitiva y muy sufridora. Al final las piernas te dolerán en algún punto, porque llevas muchos kilómetros a un ritmo rápido, así que si no tienes la cabeza bien entrenada, seguramente no tendrás los resultados que quieres. La cabeza es tan importante como las piernas, y yo la tengo muy bien puesta.
Lo mejor es pegarse a un grupo que crees que puede tener un ritmo bueno y aguantar allí, intentar no morir por el camino
¿Mientras corres, estás pendiente de los tiempos que haces?
Depende de la carrera. Cuando busco un tiempo específico, como por ejemplo la marca mínima para ir a los Juegos, estoy muy pendiente todo el rato, aunque lleve liebre. Pero hay carreras, como la que haré en París, en las cuales no interesa el tiempo, porque al final lo que importa es la posición. En esta situación lo que sí que intento es saber en qué posición voy, pero es cierto que a veces es complicado. Pero como conocemos las otras corredoras, viendo quién tienes alrededor te puedes hacer una idea.
¿Cómo de importante es la estrategia en un maratón?
Pues hay dos tipos de maratones y la estrategia cambia. Los maratones en los cuales vas a hacer una marca buena, necesitas tener un ritmo constante desde el principio. Las de competición son diferentes. Lo mejor es pegarse a un grupo que crees que puede tener un ritmo bueno y aguantar allí, intentar no morir por el camino.
¿Cómo es el ambiente con las otras corredoras antes de una carrera?
Hay muy buen rollo, tanto con las compañeras de la selección como con las otras corredoras. Sobre todo entre las europeas. Con las francesas nos conocemos mucho, porque coincidimos en muchos campeonatos y hablamos sobre qué maratones haremos.
¿Cuántos has hecho, de maratones? ¿Y cuál ha sido tu favorito hasta ahora?
He hecho tres, y del que tengo mejor recuerdo es el de este febrero en Sevilla. Me jugaba mucho —la plaza olímpica— y salió muy bien. A veces cuesta que todo salga como una espera, así que quedé muy contenta.
¿Que este maratón sea en los Juegos Olímpicos, en París y como prueba de clausura, te pone más nerviosa o tienes más ganas de hacerla?
Nervios, ninguno. Ya me gusta que sea una de las pruebas estrella. Poder participar en una prueba tan mítica es un sueño y tengo muchas ganas de hacerlo, sea cual sea el resultado.
Hacer un top 40 o mejor sería superar mis expectativas
¿Y podrás disfrutar del trayecto y los monumentos o simplemente estarás concentrada?
Siempre lo pienso, que quiero ver cosas mientras corro, pero después no me doy cuenta de nada. Vas muy concentrada y muchas veces ni levantas la cabeza para ver por dónde pasas.
¿Qué expectativas tienes?
Es complicado saberlo todavía. De aquí un par de días saldrá el ranking de posiciones, y yo creo que estaré en torno a la posición 50 por marcas. Así que hacer un top 40 o mejor sería superar mis expectativas. Una vez sepa el ranking, el objetivo será mejorarlo.
En el último año, se han visto las mejores marcas históricas españolas. ¿Crees que en estos Juegos se puede volver a ver un récord nacional?
En una carrera así, donde lo que importa es solo la posición, con el calor que hace a agosto y con un trayecto con desnivel como han hecho, veo imposible que haya ninguna atleta capaz de hacer una marca así. El récord de España ahora está en 2:21:27 h, y no creo que ni la ganadora esté en estos registros.
¿Aparte de centrarte en el maratón, también disfrutarás de París?
Pues nuestro equipo se marchará hacia allí tres o cuatro días antes de la carrera. Nosotros no estaremos en la inauguración, así que no estaré demasiado tiempo en París. Pero prefiero estar en casa tranquila, la verdad. Tantos días allí, con una rutina diferente, una comida diferente y todo, no estaría a gusto. Me he cogido fiesta en el trabajo una semana antes para descansar, y dos semanas después para disfrutar de la experiencia y no tener que volver a trabajar inmediatamente, y lo disfrutaré en casa con los míos.