Leo Messi sorprendió a mucha gente cuando anunció su compromiso con el Inter de Miami. Todo el mundo sabía que no tenía intención de seguir en el Paris Saint-Germain, y por lo tanto no fue extraño que decidiera no renovar, y rechazar la oferta de Nasser Al-Khelaïfi. Pero sí llamó la atención que no regresara al Barça, por mucho que Joan Laporta hiciera un esfuerzo para conseguir que tuviera una segunda etapa en La Liga EA Sports.
Xavi Hernández estaba obsesionado con la posibilidad de tener a su antiguo compañero en la plantilla, y pidió al presidente que hiciera todo lo posible para que este deseo se hiciera realidad, una cosa que finalmente no ocurrió. Inmediatamente después de que quedara descartada la posibilidad de aterrizar en el Camp Nou, se comenzó a especular con su marcha a Arabia Saudí, donde había recibido una llamada del Al-Hilal.
Sobre la mesa le colocaban un contrato estratosférico, que le convertiría en el deportista mejor pagado de todos los tiempos, pero tampoco fue suficiente para convencer al campeón del Mundial de Qatar, que no quería mudarse a Asia. Así que fue su íntimo amigo Neymar Junior quien acabó recalando en el mencionado equipo. Porque el siete veces ganador del Balón de Oro ya tenía decidido que seguiría con su carrera en Estados Unidos.
Hacía tiempo que había cerrado un acuerdo con David Beckham para unirse a su franquicia, y probar suerte en la Major League Soccer. Lo hizo con la promesa de que volvería a reunirse con Sergio Busquets y con Jordi Alba, como finalmente sucedió, los dos únicos amigos que había dejado en el vestuario del Barça. Y como entrenador, contrataron a Gerardo ‘el Tata’ Martino, al cual Leo ya tuvo durante una campaña en el combinado azulgrana.
Pero, sorprendentemente, ahora se ha conocido que el delantero de 36 años no tiene intención de retirarse en Miami, ya tiene en mente su próximo destino de cara a 2025, cuando finaliza su actual contrato.
Messi quiere colgar las botas en Newell’s Old Boys
Concretamente, el deseo de Messi pasa por colgar las botas en el primer club profesional por el que pasó, es decir, Newell’s Old Boys. Tuvo que marcharse de allí con solamente 13 años, para jugar en el Barça, que sí se hacía cargo de los costes de su tratamiento de crecimiento.
Y siempre ha declarado ser un seguidor incondicional de la entidad de Rosario, motivo por el cual quiere dar sus últimos pasos allí.