Leo Messi no deja que nadie ponga en duda al Barça en su templo. Un doblete del argentino y otro gol de Luis Suárez han trastocado al Liverpool en la ida de las semifinales de la Champions League (3-0). El Barça manda en el Camp Nou y casi da un paso definitivo para llegar a una nueva final.
Sin miedo
Un Barça sin miedo, con Leo Messi y con ganas de comerse el mundo empieza a pensar en la final de la Champions. Una sensación que también ha encomendado el Camp Nou después de un increíble mosaico que ha dado un punto más de moral a los blaugrana. Coutinho, Sergi Roberto y Arturo Vidal, por la experiencia, han sido las tres dudas elegidas por Ernesto Valverde. Y el Barça no ha decepcionado.
La amenaza del Liverpool y su velocidad no se han desvanecido en ningún momento, pero es que los blaugrana han sabido contrarrestarlo de la mejor manera posible. Con tranquilidad en la salida de balón, esquivando la asfixiante presión de los ingleses y arrancando con velocidad al ataque. El Barça le ha hecho daño al Liverpool tal como ellos también hacen.
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Messi desencadenado, Luis Suárez más mordiente que nunca, Coutinho completamente entregado y un equipo que no ha dudado en seguir el camino marcado por su capitán. A sólo dos partidos de la linda y deseada. Y no se ha fallado en el primer asalto.
Un posible penalti en el minuto 15 por manos de Matip que ni el árbitro ni el VAR han visto sancionables a pesar de las quejas de los futbolistas del Barça. Pero este hecho y la aparición de un espontáneo, de amarillo, reclamando la libertad de los presos políticos, han sido la antesala de la explosión de gloria del templo culé.
Suárez guía
Jordi Alba ha sabido encontrar el pase perfecto hacia dentro del área desde la banda izquierda. Y cuando el portero del Liverpool estaba a punto de coger el balón en el corazón de su área, Luis Suárez se ha lanzado, ha puesto la bota y ha hecho estallar al Camp Nou. Antes de la media hora del partido el Barça ha hecho justicia. Y ha llegado a los 500 goles en la Champions.
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Los blaugrana tenían la posesión, las ocasiones, pero también se salvaban de un Liverpool también entregado y que ha aprovechado la velocidad para romper la defensa del Barça. Pero el peligro real ha sido blaugrana. Messi, con slaloms que nadie podía detener, ha provocado un constante quebradero de cabeza a los reds.
Pero poco a poco el Barça ha ido dosificándose. Físicamente la primera parte ha sido muy exigente y el ritmo ha bajado. Entonces el Liverpool ha dado un paso adelante y el Barça ha tenido que trabajar en defensa. Ter Stegen, el de siempre, ha aparecido para salvar al equipo.
Y después sólo se han visto fogonazos del Barça. Coutinho ha abandonado el campo y Semedo ha entrado. El equipo se ha situado en un 4-4-2 conservador y a Valverde le ha funcionado. El Barça ha resistido y el Liverpool ha sufrido con las carreras de Messi.
Messi decide
Y en una de estas, con el argentino creando juego y sirviendo a sus compañeros, ha acabado con un larguero de Suárez que el mismo Messi ha recogido y ha sentenciado. A falta de un cuarto de hora los 98.299 espectadores presentes en el Camp Nou han enloquecido y el Liverpool ha acabado trastocado. Pero esto no ha sido todo porque Messi, de falta, como a él le gusta, ha sentenciado con el tercero antes del final. Qué animalada de gol.
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Se confirma que cuando el Liverpool empieza perdiendo en esta Champions, no puede remontar. Exhibición ofensiva del Barça, sobre todo de Messi, que no deja que nadie lo ponga en duda en su templo. Aún quedan 90 minutos más en Anfield, pero el Barça ya toca la final.