La generación del 1998 era una de las más prometedoras que había en La Masía. Porque veían a una gran cantidad de jugadores con el potencial necesario para llegar al primer equipo del Barça, entre los que se encontraban Carles Aleñá, Marc Cucurella o Carles Pérez. Los tres llegaron a jugar en el primer equipo, y ahora se encuentran en Getafe, Brighton & Hove Albion y AS Roma, respectivamente. Pero, sin duda, al que mejor le han ido las cosas es a Dani Olmo.

Curiosamente, fue el primero en marcharse, pues ni siquiera esperó a firmar su primer contrato profesional. Con 16 años, después de recibir la llamada del Dinamo de Zagreb, no se lo pensó dos veces, y acabó haciendo las maletas. Consideraba que allí podría asentarse antes en la élite, y el tiempo le ha dado la razón. Porque actualmente es un fijo en el RB Leipzig, con el que ha disputado la Champions League, y es una de las estrellas de la Bundesliga.

Dani Olmo/ EFE

Además, también es un habitual en las convocatorias de Luis Enrique para la selección española, donde suele ser titular. Ya participó en la pasada Eurocopa, siendo muy importante para alcanzar las semifinales, y estuvo en los Juegos Olímpicos, llevándose la medalla de plata. Y se especula con su traspaso este verano, abandonando el Red Bull Arena, para iniciar una aventura en equipo más ambicioso. Por ejemplo, el Real Madrid, que estudia su contratación detenidamente.

A Florentino Pérez le gusta mucho su polivalencia, y le contempla como un buen relevo para Isco Alarcón, que se irá en junio. En el Camp Nou también han pensado varias veces en el regreso del mediapunta nacido en Terrassa, y que comenzó a despuntar en las categorías inferiores del Espanyol. De hecho, se decía que Joan Laporta preparaba una oferta en firme para llevárselo en enero, una posibilidad que Xavi Hernández frenó, para firmar a Ferrán Torres.

En el Barça seguro que están muy arrepentidos de no hacer ningún esfuerzo por retener a Olmo en su momento, antes de que se mudara a Croacia. Pero, en ese momento, estaban convencidos de que la estrella de su generación era otro futbolista, al que llamaban ‘el Messi coreano’.

Seung-Woo Lee, en el olvido

Su nombre es Seung-Woo Lee, y estaba muy bien considerado en el equipo azulgrana. Tenía unas condiciones increíbles, y no tenían ninguna duda de que iba a ser un crack de talla mundial. Pero fue uno de los afectados por la sanción de la FIFA, que le dejó durante muchos meses sin poder jugar un partido.

Llegó al Barça B, antes de irse al Hellas Verona, en el que no triunfó. Tampoco le fue mejor en el Portimonense portugués y en el Sint-Truiden belga, antes de quedar como agente libre en noviembre del año pasado.

Desde este enero, juega en el Suwon de su país natal, Corea del Sur.