No ha hecho falta demasiado tiempo para comprobar que el divorcio entre el Barça y Leo Messi ha afectado a partes iguales a los dos componentes de la pareja. El equipo blaugrana es el más vulgar que se recuerda en muchísimos años, mientras que el argentino está sufriendo muchísimo para adaptarse al PSG, como recientemente confirmó Thierry Henry. "Messi está aislado y no toca demasiado balón", afirmó el francés a Prime Video.

El astro argentino, claro está, intenta mantener la calma y sigue trabajando para coger las riendas del equipo, pero ya le ha comentado a su entorno más cercano que se arrepiente de no haber podido llegar a un acuerdo con el Barça, de haber indagado alguna fórmula que hubiera permitido su inscripción en la Liga, aun y tener la impresión de que al final el club blaugrana aprovechó para sacárselo de encima.

Messi no está teniendo un inicio fácil en el PSG / EFE

La familia Messi añora Barcelona

El principal problema de Messi, más allá de sus dificultades para adaptarse al PSG, donde ha dejado de tener un equipo jugando con él como epicentro, es su familia. Tras un idilio inicial con París, Antonella y los hijos del jugador ya añoran Barcelona, el clima, el ambiente familiar que habían logrado en la zona residencial de Castelldefels, las rutinas adquiridas.

En la familia Messi, además, existen ciertos temores por su seguridad. En París hace tiempo que los jugadores del PSG son víctimas de robos en sus casas, y la tranquilidad ha empeorado tras trascender el susto que se ha llevado Ander Herrera, que fue atacado y robado por un travesti al parar en un semáforo. El atracador, además, le obligó a que le llevara a una dirección concreta.

La familia Messi añora su vida en Barcelona / FCB

Críticas en Francia

Por otro lado, Leo Messi tiene que ver como un día tras otro los medios de comunicación franceses ponen en duda su rendimiento. El último ha sido L'Equipe, unas informaciones que el 30 del PSG solo había visto en los medios argentinos, y nunca con tanta mala baba.  La situación choca con la vivida en Barcelona, donde Messi era idolatrado, por su brutal rendimiento, lo que solo le reportaba algunas críticas provenientes de Madrid, más por envidia que por realidad, mientras que la prensa catalana le defendía sin fisuras.

Messi, sin embargo, sabe que es imposible poder volver al Barça. La relación con Joan Laporta se ha enfriado muchísimo y el PSG no permitiría un movimiento que le dejaría en ridículo tras alardear del fichaje del mejor futbolista de la historia. 

 

Imagen principal: Leo Messi, llorando desconsoladamente en su despedida como jugador del Barça / EFE