La vuelta de Leo Messi al FC Barcelona va a estar en el candelero hasta la resolución final del culebrón. En el Barça ya sueñan con el regreso del hijo pródigo y Joan Laporta y compañía ya trabajan para hacer realidad lo que hace un tiempo solo era un sueño. Ha habido acercamientos por parte del entorno del jugador y del propio Messi, que ha mantenido el contacto con varios miembros de la actual plantilla blaugrana, incluso con Xavi Hernández.
Parece que ambos están de acuerdo en que lo mejor es volver a ver al astro argentino con la camiseta culé. Sin embargo, la economía actual de la entidad catalana es un obstáculo importante para acometer fichajes, lleguen a coste cero o no, puesto que hay que cuadrar una masa salarial excedida sobremanera. De hecho, es el principal problema. Así pues, como siempre, para que lleguen primero deben salir. Y ya sabemos quién será la primera víctima tras el retorno de la Pulga al Camp Nou.
El 10 no se toca
Así como la continuidad de Jordi Alba y Sergio Busquets es una condición indispensable para el aterrizaje de Leo Messi en la ciudad Condal, el astro argentino ha puesto otra condición. Quiere recuperar su número emblema, con el que se le recuerda en sus últimos años en el Barça, con el que ha sido lo que todos sabemos.
El 10. El número que, normalmente, lleva a su espalda la estrella del equipo. Un dorsal que conlleva una gran responsabilidad, pues todas las miradas están puestas sobre él. La presión de llevar el 10 no la puede sobrellevar todo el mundo, así pues, es un número que solo pueden portar algunos elegidos. Por todo lo que conlleva, Messi es la máxima expresión de lo que debe ser un 10.
¿Y quién lleva el dorsal 10 actualmente en el Barça? En efecto, la estrella de la cantera blaugrana, el supuesto heredero de Leo Messi: Ansu Fati. Casualidad, o no, desde que el internacional español decidió heredar ese número, su carrera deportiva se ha torcido. Ya sabemos, como se suele decir "un gran poder conlleva una gran responsabilidad" y al delantero del Barça no parece haberle ayudado demasiado.
Ansu Fati, con pie y medio fuera
El desembarco de Messi en el Camp Nou comportaría poner a Fati en el disparadero. De hecho, el argentino no soporta a Ansu Fati y no lo puede ni ver, y más allá de llevar su número fetiche, lo cierto es que tampoco lo quiere en la plantilla, y es otra de las condiciones de la estrella de la selección albiceleste.
La mala relación entre ambos es simple. Ansu Fati decidió abandonar al hermano de Leo Messi como agente, Matías, para irse con el todopoderoso Jorge Mendes. Un hecho que acabó de dinamitar la relación entre los dos. Y el Barça, no solo por contentar a Messi, está dispuesto a desprenderse de Ansu.
Y es que el rendimiento del delantero culé está muy lejos del que se esperaba. Ha rendido por debajo de las expectativas, desde aquella maldita lesión, y no hay atisbo alguno de que pueda volver a ser el que era. En el conjunto blaugrana necesitan hacer caja para incorporar caras nuevas y el delantero todavía cuenta con un gran cartel en Europa. Así pues, con su salida se matarían dos pájaros de un tiro: primero Messi recuperaría el 10 y se desprendería de Ansu, después el FC Barcelona ingresaría una cifra que le permitiría fichar nuevos jugadores. Parece fácil, pero veremos qué pasa.