Leo Messi ya ha vuelto y deja sus chispas de calidad diferenciales en la Champions League para conducir al Barça a los octavos de final como primeros de grupo (0-2). Un gol y una asistencia del argentino han acabado dejando fuera de Europa a un PSV que ha hecho tres palos y ha evidenciado el pobre partido de los blaugrana.
Lo mejor de todo, el resultado. El Barça, vestido con la segunda equipación de color amarillo, se ha movido en el descontrol y no ha podido brillar como colectivo en la Champions. En Eindhoven, la ciudad de la luz gracias a la empresa Philips, sólo Messi ha aportado claridad.
Los palos salvan el descontrol
Apostando por Dembélé, Coutinho, Arturo Vidal, Semedo, Rakitic y Messi de falso '9', ya se intuía el partido que se vería en el Philips Stadion. Velocidad y mucha verticalidad en un Barça que le han faltado figures clave como Arthur, Sergi Roberto o Luis Suárez por lesiones.
O podía ir muy bien o podía ser un desastre. Y ha empezado siendo un desastre. Apagados y con malas sensaciones, el descontrol se ha apoderado de un Barça falto de precisión. Los blaugrana fallaban pases básicos en la salida de balón, igual que el PSV, que tampoco se ha mostrado fiable en el intento de quitarle la posesión al Barça.
Los primeros en avisar han sido los rapidísimos Hirving Lozano y Steven Bergwijn, capaces de llevar de cabeza a los jugadores de Ernesto Valverde, erráticos y sin referencias. Incluso, Marc-André Ter Stegen ha demostrado imprecisiones con sus salidas de balón. Pelotas de área a área sin sentido y echando de menos a un Leo Messi falto de pelotas en una incómoda posición de falso '9'.
Aparte del partido contra el Barça en el Camp Nou (4-0), los tres partidos que el PSV había disputado en la Champions habían empezado con gol de los holandeses. Y todo indicaba que pasaría lo mismo en el Philips Stadion.
Un palo en el minuto 16 de Pereiro después de un error garrafal de Rakitic, y después dos consecutivos de De Jong y Dumfries en el minuto 44. El PSV ha perdonado y el Barça se ha salvado gracias a los palos.
Messi brilla diez minutos
Pero si en la primera mitad el Barça sólo se ha activado gracias a las fugaces intervenciones de Messi, en la segunda parte el argentino también ha sido decisivo. El '10' haciendo de '9' no ha convencido como en la época de Pep Guardiola, pero sigue siendo tan decisivo como siempre.
Minuto 60 de partido y gol del argentino después de hacer lo que él ha querido dentro del área del PSV, encontrar el espacio justo para disparar y dejar con un palmo de narices a todos los futbolistas rivales que lo rodeaban. Iluminado Messi, el futbolista blaugrana ha seguido dejando sus toques de calidad y ha demostrado que la estrategia del Barça también funciona. Falta lejana que pone justo en la zona de Piqué y el central catalán remata a gol en el minuto 70.
Pero si el sufrimiento había sido protagonista en la sensación general de los culés durante el partido, todo se ha precipitado cuando ya estaba resuelto. El PSV, consciente de la victoria del Tottenham, que suponía su eliminación de Europa, ha dado un paso adelante para buscar la épica. Y Luuk De Jong ha recortado distancias de capeza en el minuto 83.
El Barça se ha fundido, pero los holandeses no han podido empatar. Los diez minutos de gran color de Messi han acabado dándole los tres puntos en Eindhoven y la clasificación del Barça para los octavos de final de la Champions como primeros de grupo. Y el argentino, que vuelve a ser decisivo, sigue siendo el máximo goleador de la Champions con seis goles en sólo tres partidos disputados.