El Barça lleva muchísimos años buscando una pareja de centrales fiable. Desde el adiós de Puyol, el único central fijo ha sido Gerard Piqué, al cual han acompañado desde Mascherano hasta Eric Garcia, pasando por Vermaelen, Umtiti o Lenglet.
Todo pudo haber cambiado en el 2017, cuando el Barça acordó con la Real Sociedad el fichaje, por 32 millones de euros, de Íñigo Martínez, de quien dicen que incluso tenía hecha ya la maleta para desplazarse a Barcelona. Ernesto Valverde lo había pedido, pues el central, que entonces tenía 26 años, cumplía todas las virtudes que el entrenador buscaba para acompañar a Piqué.
Messi y Mascherano vetaron el fichaje de Íñigo Martínez
Los rumores sobre el fichaje de Íñigo Martínez llegaron al vestuario y Javier Mascherano, el gran damnificado de la incorporación, entró en cólera. Sin opciones para jugar en el centro del campo, el argentino vio claro que el fichaje de Íñigo Martínez le convertiría en un suplente habitual y, quién sabe, si a la larga le obligaría a tener que irse del Barça.
Mascherano, preocupado, habló con Leo Messi, gran amigo suyo, que presionó al club para que rompiera el acuerdo con el central de la Real Sociedad. Y el Barça, que en aquellos momentos sufría los efectos de la salida de Neymar al París Saint-Germain, aceptó, dejando a Íñigo Martínez en muy mal lugar, pues el jugador tuvo que reconciliarse con una afición que ya le había puesto la cruz por quererse ir al Barça.
El tiempo le ha dado la razón a Valverde
Hoy, 4 años después, el Barça sigue buscando una pareja de centrales fiable, con el añadido de que Gerard Piqué ya ha empezado a notar el efecto del paso de los años. Íñigo Martínez, por su parte, es el líder de la defensa del Athletic Club de Bilbao y una pieza fundamental en la España de Luis Enrique.
El central, además, demostró la primavera pasada una sinceridad y un amor por su club dignos de elogio, pues renunció a participar en la Eurocopa, en la que iba a ser titular, al admitir que no se encontraba en condiciones de rendir al máximo nivel. "Estas líneas son muy duras de escribir para mí. Lo cierto es que desde hace un tiempo no me encuentro al 100% ni física ni mentalmente para competir al nivel de exigencia máxima que requieren las camisetas del Athletic Club y de la Selección española. He llegado a la conclusión de que por honestidad con esas camisetas y conmigo mismo, debo parar, dar un paso al lado para desconectar, recargar pilas y recuperar la fortaleza...". Hoy ya vuelve a ser uno de los mejores defensas centrales de la Liga.