El ambiente en el vestuario del Girona empieza a tensarse tras el cuarto partido consecutivo sin victoria. Después del empate a cero contra el Rayo Vallecano, Michel, el técnico del equipo, no dudó en ser claro y directo en sus declaraciones, señalando algunos aspectos del rendimiento de sus jugadores que no lo tienen del todo contento. El entrenador destacó que su equipo lo hizo "todo para ganar" y que generó suficiente peligro como para llevarse los tres puntos, con un 'expected goals' cercano a los tres goles, pero la falta de gol sigue siendo una preocupación que empieza a pasar factura.
El Girona ha mostrado una notable caída en su capacidad ofensiva en los últimos partidos, y Michel lo sabe. Aunque defiende que su equipo jugó un "muy buen partido", y fue capaz de neutralizar la presión del Rayo de una manera que solo el Barça había conseguido esta temporada, la falta de definición está costando caro. "El fútbol va de resultados, pero también va de rendimiento, y el equipo ha merecido ganar", afirmó el entrenador, intentando mantener la calma en un momento en que las alarmas empiezan a sonar.
Una de las sorpresas en su discurso fue el dardo que lanzó a John Jader Asprilla, joven promesa y fichaje más caro del equipo. Michel no dudó en admitir que otorgarle el dorsal '10' pudo haber sido un error. "Cuando le dimos el '10' pensé: Nos hemos equivocado. El '10' se lo tiene que ganar uno", sentenció el técnico, haciendo referencia al peso que este número tiene en cualquier equipo. Si bien está convencido de que Asprilla tiene el potencial para mejorar, también dejó claro que todavía le falta madurez y capacidad para asumir esa responsabilidad. "El ‘10’ no se le puede dar a un jugador joven", dijo, aludiendo a la figura de James Rodríguez en la selección de Colombia como ejemplo de lo que significa portar ese número.
Este mensaje de Michel ha resonado fuerte en el vestuario. Jugadores como Cristhian Stuani, Arnaut Danjuma y Misehouy, que entraron desde el banquillo en busca de un cambio de rumbo, no lograron transformar la dinámica del equipo en el campo. Aunque Michel introdujo estos cambios para tener más presencia en ataque, especialmente con Stuani en busca de un remate claro, el equipo no logró traducir las ocasiones en goles.
Pese a todo, Michel sigue confiando en su equipo. "Nos ha faltado calidad y determinación arriba, pero hemos generado suficiente como para ganar", aseguró. Sin embargo, la falta de contundencia en los últimos metros está generando preocupación, y con cada partido sin victorias, la presión sobre los jugadores y el cuerpo técnico aumenta.
Ahora, el Girona se encuentra en un punto crítico. Los próximos partidos serán determinantes para ver si el equipo puede recuperar el buen camino y, sobre todo, si Michel logra encontrar la fórmula para resolver los problemas ofensivos que están afectando el rendimiento del conjunto catalán.