El Milan alecciona a un Real Madrid sin alma y sigue lloviendo sobre mojado en el Santiago Bernabéu (1-3). Tras el humillante 0-4 que le metió el Barça, el orgullo merengue tenía una cita con la Champions League para volver a alzar el vuelo. No obstante, un nuevo partido para olvidar ha confirmado que el equipo de Carlo Ancelotti está en crisis.

El Real Madrid consigue disimular su inferioridad con un obsceno regalo arbitral

El Real Madrid se reencontraba este martes con el Santiago Bernabéu tras caer con despropósito en el Clásico. Como no podría ser de otra manera, había ciertas dudas en la grada local al recibir ahora todo un Milan en la Champions. Sea como sea, el run-run se convertiría en pitos ya en el minuto 12 de partido. Un córner servido por Pulisic se convertiría en el primero del partido obra de Malick Thiaw. El central alemán ganaría la acción en el primer palo ante la pasividad defensiva de Tchouaméni. De hecho, el Bernabéu se ha ensañado con los pitos sobre su figura tras una primera mitad muy floja por su parte. Tanto es así, que tanto el francés como Fede Valverde serían los primeros dos cambios del partido, ya en el descanso.

Malick Thiaw ha abierto el marcador del Real Madrid-Milan / Foto: EFE

En los primeros 45 minutos, el Milan ha sido superior en prácticamente todos los aspectos del juego. Más disparos, más posesión y, sobre todo, más sensación de peligro cuando Tijjani Reijnders cogía la batuta de los ataques rossoneri. No obstante, en el 21', un obsceno regalo arbitral disimularía la inferioridad blanca. Vinicius Júnior superaría la entrada de Emerson picando la pelota por encima del cuerpo del brasileño, pero el delantero merengue buscaría la pierna del ex del Barça para que Slavko Vinčić le concediera un penalti ridículo.

Morata hace justicia con la ley del ex

El Milan, a pesar de la injusticia, se repondría bien del golpe. Apaciguaría el subidón de los locales después del 2-1 anestesiando el partido con posesiones largas y, poco a poco, restablecería su condición de dominador. En este contexto, con Reijnders encontrando a Leão dentro del área, una brillante parada de Lunin al remate del portugués no podría impedir que Álvaro Morata hiciera el 1-2 en el rebote.

Morata, completando la ley del ex durante el Real Madrid-Milan / Foto: EFE

El delantero madrileño, como de costumbre, el más listo de la clase dentro del área, haría justicia con la ley del ex, marcándole su 7.º gol en los 13 partidos en los que se ha enfrentado al Real Madrid. Los blancos, por su parte, se han marchado a los vestuarios anímicamente tocados, viéndose superados y entre una sonora pitada del Bernabéu.

Llueve sobre mojado para un Real Madrid sin alma

En la reanudación, lejos de reaccionar el conjunto local con los cambios, ha sido Andriy Lunin quien ha dado la cara por los suyos con una milagrosa parada a Rafa Leão (52'). 15 minutos más tarde, en el 68', Morata enviaría un balón al palo a la salida de un córner. Mientras tanto, Mbappé y Vinicius han generado entre 0 y ninguna ocasión, confirmando que el Real Madrid estaba vagando por el Santiago Bernabéu sin alma.

Jude Bellingham, fuera / Foto: EFE

Los vítores que acostumbra a enjaular el techo de Santiago Bernabéu en las tardes de Champions lo ha hecho hoy con las reiteradas pitadas del público local a los suyos. Estas se han acabado de desatar en el 73', cuando Tijjani Reijnders, el hombre del partido sin ningún tipo de duda, ha hecho el tercero después de un frenético arranque de Leão por la izquierda.

El Real Madrid ha pisado el acelerador, clamándole al cielo un nuevo milagro europeo, pero el gol de Antonio Rüdiger ha sido anulado por fuera de juego previo (84'). En la otra portería, la ha tenido de muy clara Loftus-Cheek para el 1-4, pero otra prodigiosa intervención de Lunin ha mantenido la esperanza merengue. Con todo, entre el acierto de Mike Maignan y la falta de puntería local, el Real Madrid ha vuelto a salir aleccionado del Santiago Bernabéu. En los últimos 2 partidos de los blancos en casa, 7 goles en contra y 1 a favor. Sin duda, el Real Madrid está en crisis, y hay que tener en cuenta que los merengues todavía tienen que ir a Bérgamo y a Anfield. La Champions se complica.