El Real Madrid sigue buscando su mejor versión en el arranque de la temporada, y el próximo partido frente a Las Palmas este jueves se presenta como una nueva oportunidad para Carlo Ancelotti de ajustar un equipo que aún no encuentra la fluidez deseada. Uno de los grandes dilemas del técnico italiano gira en torno a Luka Modric, el veterano centrocampista croata que ha visto cómo su rol en el equipo ha cambiado esta temporada. Modric, que se quedó en el banquillo en el último partido contra el Real Valladolid, está decidido a recuperar su lugar en el once titular y ha dejado claro que está listo para ser una pieza clave en el esquema de Ancelotti.
El croata, que es una referencia indiscutible en el vestuario y uno de los líderes naturales del equipo, ha expresado en varias ocasiones su deseo de jugar más minutos. Modric entiende que su experiencia y visión de juego pueden ser determinantes para un Madrid que, pese a contar con un plantel repleto de talento joven, aún no ha logrado imponer su estilo en los primeros partidos de la temporada. Contra el Valladolid, Ancelotti apostó por Arda Güler para cubrir la baja de Jude Bellingham, y aunque el joven turco mostró destellos de calidad, el equipo no terminó de funcionar como se esperaba.
Modric no es el único que ve clara su aportación. En el vestuario, nombres de peso como Kylian Mbappé y Vinicius Junior también creen que el croata puede ser la llave para destrabar el juego ofensivo del Madrid. Mbappé, que se ha integrado rápidamente al grupo y ya ejerce como uno de los líderes del ataque, considera que un jugador con la visión y precisión en los pases de Modric podría proporcionar el nexo perfecto entre el centro del campo y la delantera. Por su parte, Vinicius, uno de los grandes beneficiados de la claridad de Modric en las transiciones, sabe que el croata puede ofrecer esa pausa y control necesarios para generar espacios y conectar mejor con los atacantes.
La situación actual del equipo también suma presión a Ancelotti, que debe equilibrar la necesidad de dar minutos a las jóvenes promesas como Güler y el propio Brahim Díaz, con la experiencia y el liderazgo de Modric. Aunque Ancelotti valora enormemente la calidad del croata, no quiere que el equipo dependa en exceso de un futbolista de 38 años y está intentando gestionar sus minutos para evitar sobrecargas y lesiones a lo largo de la temporada.
Sin embargo, Modric no se resigna a un papel secundario. Desde que comenzó la pretemporada, ha trabajado al máximo para demostrar que sigue estando en plena forma y que puede competir al más alto nivel. Para Modric, quedarse en el banquillo no es una opción y cada entrenamiento es una oportunidad para enviar un mensaje claro a su entrenador: el Madrid necesita de su capacidad para ordenar el juego y aportar esa serenidad en los momentos clave.