Jamal Musiala se ha convertido en el nombre que más suena en los despachos del Camp Nou para ser el fichaje estrella del Barça en 2025. Joan Laporta tiene una estrategia clara: realizar uno o dos fichajes de gran calibre en el que será el último verano antes de las elecciones a la presidencia. Su intención es dar un golpe sobre la mesa y asegurar que el equipo azulgrana mantenga su competitividad al más alto nivel. Y, cada vez más, Musiala gana adeptos en el seno del club.
El Barça sigue en la búsqueda de un extremo izquierdo de primer nivel, y aunque Nico Williams continúa figurando entre las prioridades, la situación ha cambiado ligeramente. Después del prolongado culebrón de este verano, Nico ha perdido fuerza en algunos sectores del club, que empiezan a considerar que un jugador más consolidado como Musiala podría ser la pieza que necesitan. Joan Laporta y su equipo de trabajo creen que, con el nuevo acuerdo con Nike a punto de oficializarse, tendrán el músculo financiero necesario para afrontar operaciones de gran envergadura en el próximo mercado de fichajes.
La idea de Laporta es clara: está dispuesto a invertir más de 100 millones de euros para arrancar a Jamal Musiala del Bayern de Múnich y traerlo al Camp Nou. El joven talento alemán, que ya se ha consolidado como uno de los jugadores más prometedores de Europa, ha expresado en varias ocasiones su admiración por el Barcelona y su fanatismo por Leo Messi, lo que le hace especialmente atractivo para el club azulgrana.
El papel de Hansi Flick será fundamental en esta operación. El técnico alemán, que asumió las riendas del Barça este verano, es un gran admirador de Musiala. No ha dudado en elogiar su talento cada vez que ha sido preguntado por él, y considera que es uno de los mejores del mundo en su posición. Si fuera por Flick, el próximo año en el Barça jugaría Musiala y diez más, comentan desde el entorno del club. Esta confianza total del técnico en el joven alemán podría ser decisiva para convencer tanto al jugador como al Bayern de Múnich de aceptar una oferta.
Laporta sabe que este movimiento, de concretarse, sería un auténtico bombazo que no solo fortalecería al equipo, sino que también enviaría un mensaje claro de ambición y liderazgo de cara a las elecciones. La dirección deportiva azulgrana sigue trabajando en la sombra para que esta operación se convierta en una realidad, sabiendo que el tiempo es un factor clave y que el próximo verano podría ser el momento perfecto para cerrar la llegada de Jamal Musiala al Camp Nou.