Alexander Zverev, 24.º del mundo, 19 años, el mejor exponente de la nueva generación del tenis, terminó el partido con calambres, temblando, rindiéndose, doblegando sus largas piernas, reverenciando a su rival. Exhausto. No era para menos. Se acababa de enfrentar a Rafa Nadal, 30 años, noveno del mundo, ex número uno, campeón de 69 títulos, entre ellos 14 de Grand Slam, con más de 800 victorias en su carrera. La batalla generacional que deparó en la tercera ronda el Open de Australia acabó en cinco sets después de 4 h 5 min: 4-6, 6-3, 6-7 (5), 6-3 y 6-2. Ganó el viejo.

Nadal necesitó ante Zverev de esa capacidad de sacrificio, del espíritu de lucha, del músculo y de la rabia, y de la mentalidad ganadora que siempre le han caracterizado para llegar donde ha llegado y estar donde está ya en la recta final de su carrera.

Si Nadal tenía un partido importante en la primera semana de Melbourne ese era el de Zverev. Un chico que crece con fuerza y que está llamado a ser un número uno. Tiene talento el alemán y todo un mundo por delante. Probablemente recordará toda su vida este partido contra el manacorí y seguramente dirá que no ganó más Grand Slams porque tropezó con una bestia llamada Nadal en el 2017.

Nadal pudo remontar el marcador gracias también a que contó con un gran servicio y cometió menos errores forzados que su rival (74 a 34). Exigió de Zverev el mejor Zverev, pero el alemán acabó extenuado tras un intercambio larguísimo en el quinto set en el que sufrió calambres y pidió la asistencia del fisioterapeuta. Fue un rally larguísimo, con 37 golpes y que pese a acabar a favor de Zverev resultó su tumba en la pista. No ganó más.

El triunfo del trabajo

“He trabajado mucho para vivir momentos así”, dijo Nadal, como si en su carrera deportiva no hubiese ganado nada o estuviera empezando.

“Ganar en tres sets es fantástico porque quiere decir que estás jugando bien, pero a veces necesitas victorias así para tener más confianza. Este triunfo tiene mucho valor para mí”, añadió.

En los octavos de final, el próximo lunes, Nadal se enfrentará a un adversario de su generación, el francés Gael Monfils, sexto del mundo, al que supera en enfrentamientos particulares con solo dos derrotas en 14 partidos, y ambas en Qatar, en el 2009 y el 2012.

Los octavos de final

El cuadro de octavos también cuenta con la presencia de otro español: Roberto Bautista Agut, que eliminó a David Ferrer por 7-5, 6-7 (6), 7-6 (3) y 6-4. Ahora se enfrentará al tercer favorito, Milos Raonic.

Los otros partidos son: Murray-Mischa Zverev, Federer-Nishikori, Wawrinka-Seppi, Tsonga-Evans, Thiem-Goffin, y el ganador de Dimitrov-Gasquet contra Denis Istomin, el uzbeko que eliminó a Novak Djokovic y en tercera ronda, al español Pablo Carreño por 6-4, 4-6, 6-4, 4-6 y 6-2.