Robert Lewandowski no se irá del Barça. O, al menos, eso es lo que defiende la directiva blaugrana cada vez que se le pregunta por la situación del polaco. Esta temporada, ha marcado 9 goles y dado 5 asistencias en 21 partidos. Números muy pobres para el que tiene que ser el delantero referencia del equipo, teniendo además uno de los sueldos más altos de la plantilla, y que obligan a la prensa y la afición a preguntarse si el estado de forma del ariete es sostenible.
Aunque desde el club se pretende hacer ver que Lewandowski tiene toda la confianza de Xavi Hernández y la dirección deportiva, la realidad es muy diferente. Según Sport, algunos miembros importantes del club empiezan a estar descontentos con el rendimiento que está ofreciendo el polaco. No solo por sus bajos números anotadores, sino por su actitud en el campo.
Arabia se convierte en una opción
Tal es la desconfianza en el jugador, que en el club se empiezan a plantear su venta en verano. Una operación que saben que es difícil. Con 35 años, ninguno de los principales clubes de Europa está dispuesto a pagar su traspaso ni hacerse cargo de su elevado salario. Por ello, la mejor opción para darle salida está en Arabia Saudí.
Miembros del club se han puesto ya en contacto con un agente árabe para que tantee el mercado árabe en busca de clubs que quieran hacerse con los servicios del ex del Bayern de Múnich. Una opción que no ve con malos ojos el agente del jugador, Pini Zahavi, pero que no convence al propio Lewandowski.
Lewandowski no tiene intención de salir
Tanto el delantero como su familia están muy contentos en Barcelona. Una de las razones por las que decidieron dejar Alemania para fichar por el Barça fue la ciudad y su clima. Volver a cambiar de aires supondría una decepción para su familia, especialmente si es para ir a Arabia Saudí.
Además, el polaco cree que puede revertir su situación. Con contrato hasta 2025, no tiene ninguna prisa por salir. En el club intentarán convencerle llegado el momento que lo mejor para ambas partes es que se acabe marchando o, en el caso de que se niegue, aceptar una rebaja salarial. Si finalmente el jugador acepta ser vendido, en el club pedirán una cifra alrededor de los 30 millones de euros, aunque se conformarían con 20 millones de euros y el ahorro de su ficha. Después de haber llegado hace un año y medio a cambio de 50 millones de euros, no se puede considerar que haya sido la operación más exitosa para el club.