Tarragona o Reus, Reus o Tarragona. Gladiadores o comerciantes, xarro tarraconense o avellanas reusenses, pelacanyes o ganxets. Podríamos llegar a decir mil diferencias y peculiaridades entre estas dos ciudades, y aun así no podríamos asegurar con certeza cuál sobresale más que la otra.
La gran rivalidad entre estas dos ciudades no es cosa de dos días, ni tampoco del siglo pasado... habría que ir hasta la Época Medieval para descubrir el punto de partida, exactamente en el siglo XII, momento cuando se fundó la ciudad de Reus. Con el paso del tiempo los reusenses fueron ganando protagonismo comercial y económico, llegando a superar a la ciudad vecina. Así pues, Tarragona era la capital de provincia, pero Reus tenía el dinero.
El destino decidió que el antagonismo pasara de las calles empedradas a los campos de fútbol. Y este año se ha vuelto a vivir la batalla tarraconense a la categoría de plata del fútbol español, a Segunda división, entre dos equipos que se niegan a someterse delante de la ciudad vecina. Este año la moneda ha vuelto a caer a favor de los reusenses, que desde su llegada al fútbol profesional, ahora hace dos temporadas, se han llevado tres de los cuatro derbis jugados.
Dos trayectorias con recorridos bien diferentes
El Nàstic resurge del pozo
Es innegable que la trayectoria del Nàstic, con respecto al fútbol profesional, tiene mucho más recorrido que el club reusense. Los de Tarragona han llegado a jugar a la Liga de las estrellas y se han consolidado en la Segunda división española.
El Nàstic llegó a descender a Segunda B y creó una deuda de 7 millones de euros. Cuando empezaba a crecer la idea sobre si el granas estaban sentenciados a un concurso de acreedores y a su posible disolución, surgió la figura de Josep Maria Andreu, que decidió regresar a la presidencia para sacar al club del fangal donde estaba sumergido.
El presidente del Nàstic nos explica en El Nacional cómo vivió aquella situación y cómo llevó al equipo a buen puerto: "Fui presidente de la entidad en dos etapas diferentes. La primera fue desde el 2001 hasta el 2006, y las cosas fueron muy bien. Conseguimos subir de Segunda división B a Primera en tan sólo cuatro años, llevando una economía muy saneada". Con el descenso Andreu dejó la entidad.
Pero el futuro no fue como estaba previsto y "por circunstancias las cosas no funcionaron bien, volviendo al equipo en el pozo de Segunda B." Andreu nos relata cómo volvió a su casa para resurgir al Nàstic del pozo: "En el 2012 decidí volver y el Nàstic estaba viviendo una bancarrota total, tanto por la parte económica como para la deportiva. Había una deuda de casi 7 millones de euros"!.
Reus consigue un ascenso histórico
En Reus, por el contrario, el fútbol nunca había arraigado dentro de la capital del Baix Camp hasta hace muy poco, mucho más cautivada por el hockey y sus numerosos éxitos. El equipo de fútbol llevaba toda su vida deportiva navegando sin rumbo claro entre Tercera división y Segunda B, hasta que la figura del economista Joan Oliver apareció. El exmandatario barcelonés, que fue director general del Barça, se convirtió en el máximo accionista del club el año 2014, profesionalizando todas las áreas de la entidad roig-i-negre y creando una plantilla que aspirara a subir a Segunda división.
A la temporada 2015/16 la llamada avellana mecánica consiguió el ascenso en un partido que Xavier Llastarri, presidente del club, todavía recuerda como si fuera ayer: "Tenemos que valorar cada cosa a medida que pasa, y acabamos primeros en la Liga una vez ganamos al Cornellà. Fui a la ciudad de Las Rozas y nos tocó todo uno histórico como es el Racing de Santander. La humildad del equipo fue la clave para ascender". Toda una serie de recuerdos que llenan al presidente del Reus de gozo.
"En Santander viví una locura: había auténticos ríos vestidos de verde, miles de personas andando por las calles y la mayoría pensaban que nos meterían en cintura. Me acuerdo de que cuando se inició el partido el presidente de la entidad cántabra no podía articular palabra debido al excelente partido que hicimos a lo largo de los noventa minutos, excepto una frase que repitió varias veces: 'pero presi, ¿de dónde coño habéis salido vosotros'?". Una historia que tiene guardada a la memoria y que nos explicó con una sonrisa de oreja en oreja con el Municipal de Reus de fondo.
Con voz quebradiza Llastarri finaliza esta vivencia, narrando cómo fue la culminación del sueño reusense: "Quedaba el partido de vuelta y lo afrontamos con máxima prudencia. El gol de David Haro provocó un cúmulo de mensajes y llamadas a mi móvil de personalidades políticas, amigos... pero no cogí ninguna. Una vez finalizado el partido me fundí con un abrazo con Joan Oliver, y acabamos llorando como dos niños. La única llamada que atendí fue la del presidente Puigdemont, que me felicitó personalmente por el ascenso. Pienso que en aquel momento la ciudad de Reus no era consciente de lo que había hecho", expresa todavía medio emocionado por los recuerdos.
Un derbi con mucho picante
El derbi de la provincia tarraconense es un acontecimiento bien reciente con respecto a la Liga de Fútbol Profesional, y tanto Andreu, el presidente grana, como Llastarri, presidente roig-i-negre, son conscientes de lo que supone poder disfrutar de este espectáculo en una categoría tan prestigiosa como es la Liga 1|2|3. "Un derbi entre el Reus y el Nàstic es mucho más que llevarse o perder los tres puntos. Es un partido de máxima rivalidad deportiva y positivo para las dos ciudades. Que haya fútbol profesional en dos equipos de nuestra provincia dice mucho", asegura el presidente del Nàstic todavía recordando la "cruel derrota" que sufrieron ya hace cosa de dos meses en el Nou Estadi de Tarragona.
En la otra cara de la moneda, Llastarri, considera que "un derbi en la Segunda división sólo hace dos temporadas que lo hacemos. Cambian muchas cosas. Es un fútbol profesional, no como en otros años que nos habíamos enfrentado en Tercera y en Segunda división B. Dentro del fútbol profesional la misma Liga lo ve como un partido de gran rivalidad". El derbi moviliza mucha gente por toda la provincia, y para el presidente reusense "el derbi no sólo es importante para Reus y Tarragona, sino que lo es para toda la provincia. Moviliza a mucha gente, y con desplazamientos, comidas, desayunos... hacemos mover mucho dinero". Por encima de todo destaca que "tanto el presidente del Nàstic como yo mismo miramos mucho para que sea un derbi competitivo dentro del césped pero con deportividad, tanto dentro como fuera del campo".
Planes y objetivos de futuro
El Nàstic quiere un futuro sin deudas
Al ser preguntados sobre el principal objetivo de esta temporada, los dos mandatarios han contestado sin dudar. "Tenemos un objetivo claro cuando volvimos a Segunda división, que no era ningún otro que sanear la economía y hacer del Nàstic un club potente. Podemos decir que con la economía limpia nuestro objetivo es mantenernos en Segunda, sumar 50 puntos y soñar, seguir soñando para volver a estar en la Liga de las estrellas," ha confesado a Josep Maria Andreu, consciente de que el primer objetivo que se tenía que alcanzar, y que está consiguiendo, es la reducción total de la deuda que arrastra el club.
El sueño que el conjunto tarraconense pudiera tener una ciudad deportiva propia empieza a ver la luz al final del túnel, tal como nos explica a su presidente. "Estamos pendientes de una concesión de un terreno del ayuntamiento dentro de la anilla mediterránea. A partir de que esta concesión se lleve a cabo, que confío en que sea a febrero, estamos trabajando para intentar hacer una ciudad deportiva digno del Gimnástic de Tarragona para el primer equipo y para los niños que forman parte de las categorías inferiores del club", admite el presidente grana satisfecho con la idea de que este proyecto pueda llegar a buen puerto.
El Reus busca la regularidad y la permanencia
Por el contrario, el novato Reus Deportiu de Xavier Llastarri no tiene ningún otro objetivo que alcanzar, un año más, la permanencia en la Liga de plata: "Es demasiado pronto para pensar en cualquier cosa que no sea la permanencia. Acabamos de aterrizar, nos tenemos que estabilizar y consolidar en la Segunda división. Los objetivos de los próximos años no serán otros que la permanencia". "La economía del club a día de hoy está tal como la encontró su día Joan Oliver, cuando hablamos de que llevara una inyección económica, y las finanzas del club están en un punto inmejorable", afirma Llastarri.
La provincia de Tarragona abre un nuevo capítulo con respecto a la eterna rivalidad entre la antigua Tarraconensis y la ciudad de Reus, y esta vez con una pelota de fútbol por el medio. En los próximos años veremos cuál de las dos ciudades acaba erigiéndose por encima de la otra a nivel futbolístico. Hasta ahora el color roig-i-negre ha predominado más que la grana. De momento.