El Real Madrid tiene el centro del campo bien poblado tanto para el presente como para el futuro. El tridente Casemiro-Kroos-Modric seguirá siendo, a priori, el más habitual en la temporada que está a punto de empezar, pero para cuando no pueda estar alguno de los tres, Carlo Ancelotti puede disponer de otros tres jugadores muy jóvenes de un gran nivel, y de incluso un mayor margen de progresión. Fede Valverde es el que lleva más tiempo picando piedra para hacerse un hueco, Aurélien Tchouaméni acaba de llegar y Eduardo Camavinga, que es el más joven de los tres, encara su segunda temporada de blanco.
Camavinga es puro nervio e impulsividad
Sin olvidar a Dani Ceballos, los tres mencionados parece que son los primeros suplentes, pero esa situación puede tomarse de dos formas distintas. Con ambición para aprovechar las oportunidades, o con frustración por no disponer de los minutos que todos desearían, y es tarea del entrenador intentar gestionarlo todo. Uno de los jugadores que pueden tomarse peor sus suplencias puede ser Eduardo Camavinga. El centrocampista francés nacido en Angola tiene solo 19 años, pero su ambición e impulsividad puede ser un arma de doble filo.
En el terreno de juego, se carga rápidamente de tarjetas amarillas, lo que hace difícil verlo, por ejemplo, en la posición de Casemiro, que requiere de mucho entendimiento del juego para arriesgar o sacrificar una tarjeta en el momento ideal para hacerlo. Para eso ha llegado Tchouaméni, que debería ser el recambio del brasileño. De esa forma, a Camavinga se le complica jugar de mediocentro, y solo lo hará de interior, cuando no lo hagan Kroos o Modric. Según explica el diario Marca, Carlo Ancelotti quiere cortar de raíz un problema antes de que empiece, y le ha pedido calma a Camavinga.
Le pide que siga el camino trazado por Fede Valverde
Aunque está a las puertas del Mundial y no tenga garantizado entrar en la lista de Deschamps, el italiano le ha pedido que piense más a largo plazo, y utilice el ejemplo de su compañero Fede Valverde, que ha sabido asumir su rol a la perfección hasta hacerse un hueco en el equipo.
Ancelotti sabe que el francés es muy joven, y que pese a disponer de unas condiciones envidiables de las que ya dejó muestras durante la pasada temporada, tiene mucho margen de mejora. Tanto en el apartado futbolístico como en el personal o emocional. Si alguien sabe tratar a los futbolistas es Ancelotti, que tiene un aura de padre para todos ellos, y tendrá que conseguir que Camavinga, que podría ser hasta su nieto, no pierda los nervios.